Mucho se ha hablado de si el tipo de cambio (peso/dólar) es un reflejo del estado de la economía. Hay que decirlo, nuestra economía está aletargada desde hace 30 años. No hay indicio alguno de que ahora esté en peores condiciones. Si así fuera el dólar se depreciaría aún más. No hay duda, esta vez el nivel del dólar viene determinado por condiciones externas. Para argumentarlo es necesario acotar el tema.
El primer punto es una aclaración que considero urgente debido a la confusión de la mayoría de los medios y comunicadores de país. En la jerga de Economía existe una importante diferencia entre una depreciación de la moneda y una devaluación de la misma. El efecto sí es el mismo, pero no su origen, por lo que muchos medios (incluso especializados) debieran tener más cuidado de no utilizarlas de manera indistinta. Una depreciación o apreciación de la moneda ocurre solo en un régimen cambiario flexible. Así, cuando el mercado decide retirar (colocar) los capitales de un país (expatriación de la moneda) la moneda se deprecia (aprecia). Es decir, una salida de recursos implica pérdida de valor del peso. Por el contrario, una entrada de capitales ocasiona una apreciación o ganancia de valor de nuestra moneda.
Por su parte, los economistas utilizan la palabra devaluación (revaluación) de una moneda para referirse a que esa pérdida (ganancia) de valor proviene de una acción explícita del gobierno de ese país, debido a que se cuenta con un régimen de tipo de cambio fijo. Esto no es el caso de México, pues contamos con un régimen cambiario flexible, por lo que lo que está ocurriendo es una depreciación y NO una devaluación de la moneda. Esta sutileza es importante porque implica que el gobierno no lo está "devaluando" deliberadamente.
Dicho esto, la siguiente pregunta es por qué salen o entran capitales a un país. Existen muchos motivos y, a riesgo de sobre-simplificar, enumeraremos los más importantes. Primero, la exportación de bienes y servicios (B&S) provoca entrada de divisas. Por el contrario, la importación de B&S implica una salida de dólares.
¿Cuáles son los B&S que más afectan? Por su importancia mencionamos en primer lugar al petróleo (un bien); si su precio baja, entran menos dólares (hace un par de años entraban 100 USD por barril, hoy entran 20), por lo que la moneda se deprecia. Sin embargo, por increíble que parezca esto debiera amortiguarse con la entrada de capitales proveniente de las remesas y el turismo (además de otras exportaciones importantes como la industria automotriz y electrónica). Sin embargo, esto no ha sido suficiente en México.
Un segundo elemento que afecta la entrada y salida de dinero de un país, tal vez de los más sensibles, lo representa las tasas de interés en los países considerados seguros. Un alza en las tasas de interés en los EEU provoca que ese país atraiga capitales (es decir, que salgan de México), de ahí que cuando ello sucede el banco central tiene que reaccionar elevando las nacionales y así evitar que se fugue el dinero. Esto evidentemente ha pasado en el caso mexicano. Es decir, no hay evidencia de que el alza en las tasas haya provocado una salida significativa de capitales.
Tercero, la incertidumbre económica que proviene del exterior. Este factor es de lo más difíciles de inferir, pues acá depende mucho de cómo el mercado percibe los eventos. En este momento la fuerte desaceleración económica de China ha provocado que los mercados internacionales se pongan nerviosos, porque este país es un protagonista importante de la economía mundial. Por un lado, adquiere mucho petróleo en los mercados de hidrocarburos y, al dejar de demandar, el precio del crudo disminuye. Por el otro, demanda menos otros insumos provenientes del resto del mundo, lo que afecta la economía mundial.
Finalmente, otro de los factores que más influye son las expectativas de los agentes. Las expectativas sobre todos los factores anteriores y cualquier otro evento no contemplado son las que provocan los cambios de muy corto plazo, es decir, la volatilidad. Más aún, utilizando terminología médica, es contagioso, en el sentido de que malas expectativas en EEUU sobre China pueden contagiar a las expectativas de los inversionistas mexicanos, y así sucesivamente.
Con esto en mente, es posible visualizar cuál de estos elementos es el que más le está afectando al peso. Es claro que las tasas de interés en EEUU han impactado solo marginalmente. El segundo candidato es el precio del petróleo, que indudablemente le ha afectado. Para argumentarlo, considere la gráfica de abajo, que contrasta el precio de la mezcla mexicana en el eje horizontal contra el tipo de cambio en el eje vertical. Observe que hay una fuerte relación (en este caso inversa): entre menor el precio del petróleo mayor el tipo de cambio ($/USD). La línea punteada es la que nos arroja esta relación. Sin embargo, puntos muy por arriba de esta línea sugieren una sobre-reacción, y por el contrario: puntos muy por abajo sugieren una sub-reacción del mercado.
Observe que a precios muy bajos del hidrocarburo, el tipo de cambio está muy por arriba de la línea punteada. Es decir, esto sugiere que además del precio del petróleo otros factores también están influyendo en los altos niveles actuales de tipo de cambio. Desde mi perspectiva, las expectativas de los inversionistas son las que se encuentran reaccionando a otros factores, en particular, sobre el futuro de la economía china y mundial.
Es difícil saber si es o no una sobre-reacción; desde mi punto de vista lo es y podemos esperar que el tipo de cambio pueda rebotar al menos ligeramente en el corto plazo cuando los nervios se calmen, y probablemente un poco más en el mediano plazo (2017), cuando presumiblemente los precios del petróleo reviertan su tendencia de manera sostenida. Así, la recomendación a la gente es que guarde la calma. Dejemos el juego a los mercados que si bien caprichosos, irracionales a veces en plazos muy cortos y más volubles que las personas, siempre corrigen en el mediano y largo plazos.