El Diagnostico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016 de la CNDH, refiere que los penales de Neza-Bordo, Chalco y Cuautitlán, (de los once que hay en la entidad), se presentaba ejercicio de funciones de autoridad por parte de reclusos (autogobierno/cogobierno), actividades ilícitas, extorsión y sobornos.
También se hicieron observaciones por insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos y deficiencias en el proceso para la imposición de las sanciones disciplinarias.
En los demás centros de readaptación social –excepto en el centro femenil de Otumba y la penitenciaría modelo "Dr. Guillermo Colín Sánchez en Netzahualcóyotl- se hicieron observaciones por sobrepoblación, hacinamiento y falta de atención en la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos.
En el Penal Neza-Bordo, donde estuvo recluido Luis Alberto González Nieto, alías "El Tato", quien ejercía un control sobre los internos mediante violencia y torturas, se reportó desde el año pasado, insuficiencia para prevenir y atender incidentes violentos, autogobierno de los reclusos, cobros, extorsión y sobornos, al igual que Chalco y Cuautitlán,
Además no existían condiciones de gobernabilidad por parte de la dirección, pues no había suficiente personal de seguridad y custodia y deficiencia en la imposición de sanciones.
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En lo que concierne al correccional "Dr. Sergio García Ramírez" ubicado en Ecatepec y el Penal de Barrientos en Tlalnepantla, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) refirió que había hacinamiento, sobrepoblación, deficientes servicios de salud y supervisión del funcionamiento del penal, pero no había autogobierno.
Los únicos centros de readaptación social que tuvieron menos observaciones en el Diagnostico Nacional de Supervisión Penitenciaría 2016, fueron el centro femenil de Otumba y la penitenciaría modelo "Dr. Guillermo Colín Sánchez en Netzahualcóyotl, en este último señaló que no eran adecuados los procedimientos para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos.
También se pidió prestar atención en los programas para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria.
En el penal de Mujeres de Otumba, la CNDH detectó que se debe mejorar los servicios para mantener la salud de las reclusas y prevención de violaciones a derechos humanos, además de las condiciones e higiene de los dormitorios.
Aquí también hay insuficiencia de personal de seguridad y custodia y no existe la separación entre procesadas y sentenciadas.
LC