Desde temprana hora la tradición mexicana de visitar a los muertos comenzó en los distintos panteones del área metropolitana y, aunado a ello, como es costumbre también el caos vehicular y el comercio informal se hicieron presentes en las zonas que colindan con los camposantos.
Bajo la idea de que "los muertos mueren cuando los olvidamos", miles de personas, sobre todo de la tercera edad, fueron a celebrar al cementerio este rito tan particular en México de "convivencia" entre los vivos y los difuntos.
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Para ello, luego de burlar las complicaciones viales, cientos de visitantes llegaron a las tumbas con la actitud y disposición de "darle una manita de gato" al lugar del eterno descanso de sus ser o seres queridos.
Fue común observar las cubetas, palas, herramientas, escobas, y demás material para embellecer, aunque sólo por un día, la "casa" de aquellos que se adelantaron en el camino, a los cuales, como comentó una de las visitantes al panteón San José, en Monterrey, además de rezarles sus rosarios, y adornarles con flores su lápida, se les pide "que nos cuiden de allá de donde andan".
Cabe destacar que en panteones como El Roble o Tepeyac, el ingreso a los mismos se permitió desde muy temprana hora, y no a partir de las ocho de la mañana, horario en el que se supone se abre el lugar para recibir visitas.
En estos lugares, por ejemplo, no se permitió que las personas ingresaran al panteón en sus vehículos, situación que sí se pudo observar en el panteón San José.
Preciso señalar que en la mayoría de los panteones fue evidente también el deterioro en el que se encuentra una gran cantidad de tumbas, por lo cual se convierten en trampas mortales para los visitantes, por tal motivo, los trabajos de Protección Civil para "etiquetar" esos lugares con la famosa cinta amarilla, se vuelven clave para lograr el saldo blanco que se espera en este día.
Por otra parte, se pudo apreciar en avenidas como Miguel Alemán, Constitución o Carretera Nacional, altares, ofrendas o cruces para recordar a un ser querido fallecido en esos lugares a causa de un accidente vial, y para recuerdo de todos la inseguridad vial que se vive en la entidad misma que deja al año más de 400 muertes en las calles de Nuevo León.