Más Estados

“Ya no hay tanto asaltante, ni mucho robo, bueno... poco”

La instalación de rejas en diferentes zonas de los municipios metropolitanos se remonta a la época de violencia.

En medio de un ataque de asma, Olivia hace un esfuerzo descomunal para salir de su residencia, amplia pero solitaria. La ambulancia debió llegar hace 15 minutos.

A rastras y a punto de desvanecerse, la anciana emite un grito ahogado a los paramédicos que estaban en el exterior, pero a punto de irse por no encontrar la dirección.

Apenados y con premura, la estabilizan y se disculpan. “No hallábamos la casa, tuvimos que rodear esa reja”, explica uno de ellos apuntando los barrotes colocados por el municipio para cerrar la calle, justo en la entrada de su casa.

A pesar de este episodio, casi fatal, la mujer no duda en afirmar que el blindaje de su colonia, Residencial Anáhuac, ha sido benéfico. “Disminuyeron mucho los robos”, asegura Olivia Garza, cuyo domicilio se ubica en la calle Díaz Mirón 110.

Lo mismo opina Maricela Villarreal, quien habita a una cuadra. Sin embargo, lo que más le alegra es no tener que soportar el paso de los automóviles frente a su casa.

“Ya no hay tanto asaltante ni mucho robo,bueno... poco.”.

Francisco Verde, otro residente nicolaíta, recuerda que la colocación de las rejas de seguridad se remonta a la época de violencia derivada de la guerra contra el narcotráfico.

Aunque dice beneficiarse del bloqueo de las vialidades, su voz titubea y admite que esta medida va en contra de los derechos establecidos en la Constitución Mexicana.

“Sí bajaron los robos, pero yo creo que no deberían existir (las rejas) porque la Constitución dice que no podemos obstruir el libre tránsito.

Otra colonia que celebra su aislamiento es Residencial Santa Fe, en el municipio de Guadalupe.

Pasan de las tres de la tarde. Sentadas en mecedoras sobre la banqueta de la calle Aleutianas, tres vecinas de avanzada edad presumen que por las noches “ni los perros ladran”.

La señora María de los Ángeles López Ríos cuenta que los habitantes del área cooperaron con aproximadamente 100 pesos para bloquear la entrada.

“Antes venían en carros y entraban; una vez hasta hubo un muerto”, menciona con semblante de preocupación.

La mayor parte de los vecinos entrevistados en diferentes zonas coinciden en que los hurtos se han reducido; no obstante, los índices delictivos no respaldan tal postura: al menos en los últimos tres años, la incidencia criminal ha ido en incremento.

Esto lo admite Melitón Aranda, portero de Mirador de la Silla: “Desde que empezaron a matar a los policías”, cada calle tiene su propia reja. Incluso resulta complicado transitar por el interior de la colonia.

Aún así, los delitos siguen presentes.

“Aquí todavía hay robos (…). Hace poco se llevaron unas mecedoras de la otra cuadra, asadores y una escalera.

“Por eso mandaron pedir unos policías (de Guadalupe), pero nomás duraron dos semanas”.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.