Para la catedrática de, Isabel Martínez, de concretarse el próximo 5 de marzo la propuesta del presidente Donald Trump para regularizar la situación de un millón 800 mil dreamers al finalizar el programa DACA —la protección temporal de la cual disfrutan actualmente—, tan solo la ciudad de Nueva York dejaría de percibir hasta 80 millones de dólares al año por las adquisiciones y demás transacciones que este grupo realiza.
La activista a cargo del programa de protección a estudiantes migrantes, quien ofreció una conferencia en la Universidad Iberoamericana (UIA) campus Puebla, indicó que con base en las cifras oficiales, más de 800 mil jóvenes migrantes o hijos de indocumentados recibieron DACA después del 2012, de éstos 40 mil corresponden al área de Nueva York, zona donde ella apoya a este grupo vulnerable.
“De estos 40 mil, el 25 por ciento de los que recibieron el DACA son mexicanos, pero tenemos conocimiento de que hay más de 138 mil jóvenes soñadores y la mayoría no quiso, evitó o no le interesó estudiar o acogerse a este programa”, apuntó.
Anotó que desconoce el número de poblanos que cuentan o carecen de este respaldo, “porque son pocos los que están asentados en Nueva York, la cifra se incrementa en los estados de California y Texas”.
Pero recomendó que mientras se define la situación, los gobiernos locales deben empezar a prepararse para recibir a los dreamers, si es que el gobierno estadounidense cancela el programa DACA.
Expresó que ese respaldo deberá atender tanto a indocumentados como a soñadores con residencia o ciudadanía, ya que éstos están abandonando los Estados Unidos por seguir a sus padres.
La académica lamentó que los dreamers estén convertidos en rehenes del gobierno de Trump, ejemplo de ello es que han tenido que cambiar sus hábitos y horarios para evitar ser deportados por situaciones mínimas, como su vestimenta.
“Hay tres grupos de dreamers, aquellos que trabajan, los que estudian y el grupo vulnerable que no están siendo acompañados (…) Es deshumanizada la atención a estos jóvenes, pues hay una política persecutoria no solo hacia ellos, sino hacia todos aquellos que no son blancos”, abundó.
Respecto a los que estudian, destacó que entre el 5 al 10 por ciento ingresan a la universidad, el resto lo hace a una carrera técnica, esto originado principalmente al alto costo de las instituciones, a que les bloquean la ayuda financiera y en algunos estados les cobran como extranjeros aunque sean residentes.
Finalmente, aclaró que el DACA no es un camino para ser ciudadano sino para no ser deportados.
ARP