La mexicana Guadalupe García de Rayos, de 36 años, fue deportada hoy a México un día después de acudir voluntariamente a las Oficinas de Inmigración y Aduanas (ICE) en Phoenix para renovar su permiso de estancia en el país; sin embargo, en ésta ocasión fue arrestada.
García de Rayos llegó a Estados Unidos en 1995 a la edad de 14 años y no regresó a México desde entonces. Durante este tiempo, cursó la escuela, se casó y procreó dos hijos Ángel, de 16 años, y Jacqueline, de 14 años.
Sus problemas con migración iniciaron en 2008, cuando el entonces sheriff Joe Arpaio emprendió una 'cacería' contra migrantes indocumentados que utilizaban documentos falsos para trabajar en Phoenix.
García de Rayos fue detenida por agentes del sheriff por trabajar en el parque de diversiones Golfland Sunsplash en Mesa, un suburbio de Phoenix y fue declarada culpable del delito de robo de identidad, por usar documentos de otra persona para poder laborar.
La migrante permaneció seis meses detenida, alejada de sus hijos y esposo, hasta que con la ayuda de abogados de migración y del grupo Puente Arizona, fue liberada con un permiso de "permanencia de remoción" por un año, que estuvo renovando, hasta que este miércoles le fue negado por la nueva administración.
Desde su detención en 2008, García se ha convertido en una activista pro derechos de los migrantes, al formar parte del Grupo Puente Arizona. En 2013, fue integrante de un grupo de indocumentados que acudió a manifestarse frente a la Casa Blanca en Washington.
Su detención provocó una protesta la tarde y noche de ayer miércoles en la que participaron su esposo y dos hijos junto con más de 200 personas y en la que siete manifestantes fueron arrestados cuando bloquearon con sus cuerpos una camioneta del ICE que se cree que transportaba a García.
Carlos García, director de Puente Arizona, un grupo defensor de los derechos de los migrantes, informó en rueda de prensa que García de Rayos había sido deportada la madrugada de este jueves por la frontera de Nogales, Arizona.
"Guadalupe es una de las primeras víctimas de las políticas Trump", dijo García. "Su familia ha sido separada", indicó.
Por su parte, su esposo e hijos aseguraron que lucharán por traerla de vuelta.
"Nadie debería pasar por el dolor de que lo separen de su mamá o de tener que empacarle las maletas a una madre", dijo Jacqueline.
Contó que desde el arresto de su madre en 2008 "cada noche estaba preocupada de que me la iban a quitar".
"Seguiré luchando por mi mamá y por otras familias que pasan por lo mismo porque esto es injusto", enfatizó.
Ángel, el hijo mayor de Guadalupe, dijo que se siente muy triste.
"Mi hermana necesita a mi mamá y yo también. Ella tiene apenas 14 años, necesita los consejos de mi mamá", puntualizó.
"El trato de la administración Trump a Guadalupe García de Rayos prueba que sus agentes están persiguiendo una política de deportación total, inexorable y sin prioridades como se destaca en su orden ejecutiva para la seguridad interior", manifestó la organización America's Voice.
Guadalupe se ha convertido en un símbolo de la política de mano dura con la migración que ha puesto en marcha Donald Trump nada más llegar a la Casa Blanca.
Su caso podría suponer que miles de personas en la misma situación decidan no acudir a las citas con ICE por miedo.
El presidente Donald Trump emitió el mes pasado una orden ejecutiva que amplió sustancialmente las prioridades de deportación para incluir a inmigrantes indocumentados que hayan cometido "cualquier delito".
AER