Una supuesta caída y el temor de ser señalada como responsable fue lo que orilló a una mujer a envolver en plástico a su hijo de 3 años asfixiándolo para después ocultar el cuerpo en un ropero y reportarlo como robado, informó el personal de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Dolores Marcela Tapia Tapia, de 24 años de edad, quedó a disposición del agente del Ministerio Público, quien se encargará de ampliar la investigación por el delito de parricidio que se le atribuye a la mujer en agravio de Jonathan Alejandro Cortés Tapia.
Los hechos se registraron el 22 de febrero, cuando Tapia Tapia se presentó en las oficinas de la Delegación de la FGE en Tepatitlán para reportar la desaparición de su hijo.
La mujer declaró ante las autoridades ministeriales que estaba en su domicilio, ubicado sobre la calle Donato Guerra, en la delegación San José, a punto de bañar a sus tres hijos cuando un hombre tocó a la puerta para pedirle dinero y en un descuido el sujeto le arrebató al niño.
Al ampliar las investigaciones, los agentes de la FGE notaron que Tapia Tapia caía en contradicciones y fue hasta la madrugada del 24 cuando la mujer confesó que el niño no había sido robado, sino que accidentalmente se cayó de un patín golpeándose la cabeza.
En la versión de Tapia Tapia, ésta asegura que el menor comenzó a convulsionarse y después quedó inconsciente pese a que a intentó hacerlo reaccionar, pero creyó que estaba muerto y ante el temor de que la responsabilizaran lo envolvió en celofán para después ocultarlo en el ropero.
“La mujer narra que luego del accidente, el pequeño queda inerte y creyendo que había muerto lo envuelve en papel celofán, completamente de su rostro y cuerpecito, lo esconde en un ropero […] Al confesar los policías investigadores acuden al sitio y efectivamente logran ubicar a dicho menor”, explicó Jorge Villaseñor, vocero de la FGE.
El resultado de la necropsia realizada a Cortés Tapia señala que el pequeño falleció de asfixia, pues el plástico le impidió respirar, además de que presentaba un severo golpe en la cabeza que se investiga cómo se le ocasionó.
“A ella [Tapia Tapia] se le investiga por el delito de parricidio, debido a que ella lo esconde y miente a la autoridad diciendo que se lo había robado una persona, entonces trató de ocultar el cuerpo, es algo muy delicado”, agregó Villaseñor.
Los otros dos hijos de la mujer quedaron bajo la custodia de los abuelos paternos, ya que el padre de los niños vive en Estados Unidos.
OBLIGA A SU NIÑO A PEDIR LIMOSNA
Miguel Ángel Acosta Vázquez, de 35 años de edad, terminó tras las rejas, pues obligaba a su hijo de 9 años a pedir limosna en la calle con el pretexto de reunir dinero para pagar sus estudios.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guadalajara hacían un recorrido de vigilancia por la explanada del Hospicio Cabañas, cuando un transeúnte les informó que había un hombre obligando a un niño a pedir limosna.
Con las características del sujeto, los oficiales emprendieron la búsqueda de Acosta Vázquez, a quien localizaron junto con el menor que confirmó la acusación, por lo que el padre fue detenido y llevado a los separos municipales en donde quedó a disposición del agente del Ministerio Público para que se haga la investigación correspondiente. (Redacción/Guadalajara)
LO QUE DICE LA LEY
El Código Penal de Jalisco, en su artículo 223, señala que “se impondrán de 25 a 45 años de prisión al que dolosamente prive de la vida al cónyuge o a cualquier ascendiente o descendiente consanguíneo en línea recta o colateral hasta en cuarto grado, hermano, concubina o concubinario, adoptante o adoptado, sabiendo el delincuente esta relación”.