Escucho al secretario general de la Federación Mexicana de Futbol, Gilberto Hernández, decir que en algún momento hablará del asunto “Fidel Kuri”… Y tácitamente reconocer que es un tema que le preocupa.
Ya prácticamente despidiéndose, de pie inclusive luego de haber participado en una conferencia el lunes pasado en la que habló de la próxima implementación del VAR en la Liga Mx, respondió al reportero que le cuestionó sobre si la investigación sobre los dobles contratos que realiza el Sistema de Administración Tributaria, le preocupa, con un: “¿Tú qué crees?”.
Lo que debería saber Gilberto Hernández (recién llegado a este muchas veces truculento mundo del futbol), es que esto de los dobles contratos es una práctica absolutamente difundida entre los equipos de futbol profesional en México.
¿Para qué? Uno puede responder de forma simple que es para evadir impuestos. Se registra ante la Federación Mexicana de Futbol un monto casi simbólico en el que todos los futbolistas de una plantilla ganan, por mencionar alguna cantidad, 10 mil pesos mensuales… Y por el otro, la cantidad real que se les paga, que como mínimo son 100 mil pesos, pero que en el caso de las grandes figuras ronda los 2 o hasta 3 millones de pesos al mes.
Pero es tan burdo el procedimiento que tiene tintes de ineficaz. Finalmente al futbolista o al entrenador se le deposita el dinero real en una cuenta bancaria, lo que obligadamente es auditado por Hacienda o por el SAT. No se le paga en efectivo. Ni el sueldo ni bonos.
Sobre un dinero que sale y entra en una cuenta bancaria la autoridad gubernamental tiene o debería tener pleno conocimiento y control. Más con todas las medidas que se han implementado para evitar el lavado de dinero de actividades ilícitas.
Entonces es un verdadero misterio para qué los directivos (no solo Fidel Kuri) mantienen esta sospechosa práctica de los dobles contratos. Algún beneficio obtendrán, si no, no los tendrían.
rafael.ocampo@milenio.com
