Pixar puede haber descendido al poco honroso terreno de las secuelas, pero vaya que aún a ese nivel puede dar lecciones creativas. Catorce años después de estrenar Los Increíbles (2004) e instaurarla como referente, tanto para cine animado como de superhéroes, el estudio de animación desarrolló una segunda parte que sigue poniendo el ejemplo. Incluso a las producciones de Marvel y DC.
Cabe decir que esos catorce años pasaron en nuestro tiempo. En la ficción, Los Increíbles 2 retoma la acción justo después de los eventos de su primera entrega. La familia de superhéroes formada por Míster Increíble y Elastigirl junto a sus tres hijos Violet, Dash y Jack-Jack intenta fallidamente capturar a un villano llamado El Subterráneo. Preocupadas por los daños materiales que dejan los enfrentamientos entre criminales y justicieros, las autoridades deciden prohibir la intervención de los superhéroes y les pide que tomen permanentemente su identidad civil. Confinados a ser una familia normal, los Parr reciben apoyo de un magnate que planea reparar la imagen de los superhéroes y reintegrarlos a la sociedad. Debido a que Elastigirl, la madre del clan, tiene el historial de haber usado sus poderes con menos rastros de destrucción, es ella quien debe tomar el mando para que le misión tenga menos riesgo de fracasar, poniendo a Míster Increíble en la posición de hacerse cargo del hogar mientras ella no está.
Escribiendo y dirigiendo su primera animación desde Ratatouille (2007), el certero Brad Bird tuvo que terminar esta producción un año antes de lo programado, luego de que Pixar decidiera aplazar el estreno de Toy Story 4 hasta 2019 y consignar a Los Increíbles 2 el dar la pelea en el verano 2018. Esta enorme presión, que a menudo afecta el resultado en pantalla, es imperceptible en la realización de Bird. Sin dejar de lado los valores, las lecciones de vida del credo Pixar, Bird imprime la sensibilidad que adquirió filmando acción viva en Misión Imposible: Protocolo Fantasma y Tomorrowland, con superiores secuencias de acción que nos hacen olvidar que estamos viendo a descendientes de caricaturas.
Cuando el foco no está en Elastigirl impidiendo catástrofes, la otra mitad de Los Increíbles 2 es una comedia doméstica en la que Mister Increíble se encarga de hacer de comer, ayudar a Dash con la tarea, sobrellevar la pubertad de Violet y conseguir que Jack-Jack se duerma. Ambas tramas, sumamente logradas en sus situaciones, retos y chistes, refuerzan la visión que da a este grupo de personajes la delantera entre las favoritas de Pixar: la lucha por mantener a la familia unida, las adversidades de la paternidad, el añorar nuestros días de gloria y lo que significa ser realmente excepcional. Mención especial merece el doblaje al español, en el que Víctor Trujillo y Consuelo Duval resisten la tentación de evidenciar que sus voces son las de personalidades reconocidas, para servir al propósito de la película.
twitter.com/amaxnopoder