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No es la economía, estúpido… es la impunidad y lo social

Recuerdo la famosa y efectiva frase que utilizó Bill Clinton en su campaña para la presidencia de Estados Unidos: "Es la economía, estúpido" (it's the economy, stupid). Pues bien, en México este eslogan no sería el más apropiado. No porque la economía esté en muy buen estado, sino porque enfrentamos problemas más graves.

Es verdad que el desempeño de la economía en México ha dejado mucho que desear desde hace tiempo. Pero, en términos relativos, comparado con el de muchos otros países y, sobre todo, con el desempeño de las variables sociales y el estado de derecho en el propio país, no es tan malo.

De hecho, gran parte de las variables macroeconómicas relevantes se encuentra bien. Pese a la devaluación del peso, la inflación no solo está controlada, sino que ha tocado su nivel más bajo en 45 años. Las reservas del Banco de México superan los 180 mil millones de dólares. El nivel de apalancamiento del país con respecto al PIB es de 44 por ciento, un porcentaje sano y menor que el de Brasil, EU, España y Suiza. El déficit fiscal también es comparativamente bajo. Incluso nuestra baja tasa de crecimiento no se ve tan mal en relación con la de economías similares. Por algo México ha sido uno de los países emergentes favoritos de los inversionistas internacionales.

No estoy diciendo que la economía en nuestro país esté bien. Solo que con respecto a otras economías del mundo no estamos tan mal. Además, a escala local, la economía pasa a segundo plano cuando la comparamos con otros problemas nacionales, en particular con los sociales y la corrupción.

Los resultados sociales, aunque sin duda relacionados, son menos favorables que los económicos. Parece increíble, pero cerca de la mitad de la población mexicana vive en pobreza; una proporción que ha cambiado poco en el último cuarto de siglo, pese a que el gobierno ha destinado miles de millones de pesos para reducirla. Por si fuera poco, la movilidad social, la capacidad de los mexicanos de progresar, está atrofiada para los más pobres.

Después está el estado de derecho o, mejor dicho, su ausencia. La corrupción en el país es rampante. Los excesos de políticos son flagrantes y bien documentados por las redes sociales. Y sin embargo la impunidad prevalece. ¿Cuándo fue la última vez que fue a la cárcel un personaje importante? El contraste con países como Brasil, Guatemala y España, donde sí hay consecuencias, es marcado.

Si se trata de sacar un eslogan electoral en México, más que "es la economía, estúpido", se podría aplicar: "Es la impunidad" y "es lo social, estúpido".


juliose28@hotmail.com

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Julio Serrano Espinosa
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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