Negocios

La vieja economía contraataca a Uber

Nueva York acaba de imponer restricciones al número de automóviles que puede operar Uber en la ciudad, lo que representa un golpe para la poderosa e innovadora empresa de transporte. El peligro es que otras metrópolis sigan el ejemplo de la gran manzana y limiten su crecimiento. Espero que no.

¿A quién están beneficiando los políticos de NY con su postura? En teoría, están tomando en cuenta los intereses de distintos grupos: los taxistas, los conductores de Uber y, en especial, los usuarios del transporte. Sin embargo, la conclusión a la que llegaron me hace pensar que privilegiaron a un grupo en particular.

Es un hecho que taxistas de todo el mundo, incluidos los de México, han sido afectados a raíz de la entrada de Uber. Sus ingresos han tenido una caída importante en consecuencia. En NY, el valor de una licencia de taxi se ha desplomado de un millón de dólares a menos de 200 mil dólares; lo que ilustra perfectamente la crisis que vive la industria.

Por su parte, Uber y otras aplicaciones de transporte particular han prosperado en los cientos de ciudades en las que operan, al grado de eclipsar los taxis. Nueva York cuenta con cerca de 80 mil coches que ofrecen estos servicios, comparado con menos de 14 mil taxis. Los grandes ganadores de la mayor competencia y la innovación de Uber han sido sin duda los usuarios.

La decisión de los políticos de NY de ponerle un freno a Uber es una victoria para la vieja economía. Los más beneficiados son los taxistas. Entiendo la difícil situación por la que atraviesan. Pero el costo de protegerlos es muy alto. Al limitar el crecimiento de Uber y, en consecuencia, restringir la oferta de transporte, están afectando a los consumidores y obstaculizando el avance de la tecnología. Es como querer regular a Netflix para proteger a la televisión tradicional. Ganarían pocos a expensas de muchos.

A los políticos les encanta regular para tener control. También son muy susceptibles a la presión de grupos con músculo político como los taxistas. Aunque poderoso desde una perspectiva financiera, Uber no tiene la misma influencia. Tampoco los usuarios del servicio.

Anteriormente, y bajo presión de la industria hotelera, los políticos de NY impusieron nuevas reglas a Airbnb, la innovadora empresa de alquiler de cuartos, que también restringen su crecimiento en la ciudad, en lo que representa otro triunfo de la vieja economía.

Simpatizo con algunos de los argumentos de las industrias de taxis y hotelera. Es verdad que la regulación a la que están sujetas es mucho más onerosa que la que rige a Uber y a Airbnb. Sin embargo, la solución no es regular más, sino menos.

juliose28@hotmail.com

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Julio Serrano Espinosa
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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