Negocios

La evidente decisión sobre el aeropuerto

Es obvio. No debería haber la menor duda. Es lo que se conoce en inglés como un no-brainer. Aún así, López Obrador está sometiendo a la opinión pública el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

La Ciudad de México necesita un nuevo aeropuerto urgentemente, de eso no hay la menor duda. Las razones para continuar con el proyecto en Texcoco en lugar de cancelarlo y habilitar la base aérea de Santa Lucía son avasalladoras.

Necesitamos una solución de largo plazo, no un parche que resuelva parcialmente el problema. Una mayor capacidad, como la que ofrece Texcoco, le permitiría al nuevo aeropuerto funcionar como un centro de operaciones y de conexión de la región, lo que se conoce como un hub. Esto atraería turismo y negocios al país. La obra ya se inició y lleva un avance de más de 30 por ciento. Cancelarla implicaría perder 100 mil millones de pesos invertidos.

Es cierto, los costos del proyecto se han casi duplicado. La obra tiene un retraso de por lo menos cuatro años. Santa Lucía sería mucho más barato e iniciaría operaciones en menos tiempo, pero la solución sería de corto plazo y desaprovecharía una enorme oportunidad de poner a México a la vanguardia aeroportuaria.

Sobre los altos costos, tres cuartas partes del financiamiento del NAIM en Texcoco ya están garantizadas y el resto se podrían pagar con ingresos futuros del propio aeropuerto. Incluso existe la posibilidad —que el propio AMLO propuso— de que el proyecto se concesione en su totalidad. Sobre las creíbles sospechas de corrupción, el nuevo gobierno podría investigar y castigar a los infractores y podría ejercer una mayor supervisión en el resto de la obra.

La contundencia de estos argumentos a favor de Texcoco palidece en comparación con el que más importa: el de la seguridad. Mitre, quizá la consultora aeronáutica más prestigiosa del planeta, auspiciada por el MIT, una de las universidades técnicas más reconocidas del mundo, concluyó que no era viable la operación conjunta del aeropuerto actual y un nuevo aeropuerto en Santa Lucía. Así de categórico.

Unos consultores chilenos opinaron que podría ser factible. Dijeron que valdría la pena realizar un estudio alterno. No es imposible que encuentren algún “experto” que determine que sí lo es. Sin embargo, no veo cómo alguien en su sano juicio estaría dispuesto a subirse a un avión en un esquema de dos aeropuertos cuando una eminencia aeronáutica como Mitre categóricamente lo calificó de inviable.

¿Qué pasa si el “pueblo” opta por la opción de Santa Lucia? De lo que podemos estar seguros es que las leyes de la física no cambiarán y que la evaluación de Mitre tampoco. Lo que sí cambiará será la percepción de los inversionistas externos sobre la seriedad del gobierno entrante.

juliose28@hotmail.com

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Julio Serrano Espinosa
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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