Política

Fiscalías del crimen

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Las fiscalías son piezas clave en la maquinaria del Estado criminal.

Al tratarse del sitio donde inician los esfuerzos en busca de un proceso de justicia, los intereses más oscuros permean.

En la creada para el caso Ayotzinapa, al final del día, el jefe de la FGR (con el apoyo de Palacio) decide. Lo mismo sucede con la de asuntos electorales. Mucho trámite para después no decir “ni pío”.

También la UIF puede realizar las pesquisas que considere. O la comisión que preside Alejandro Encinas informar lo que sea. Todo llega al mismo lugar. O la ciudadanía acudir con la ilusión de lograr algo o simplemente atender los cauces legales.

“Que denuncien”, repite AMLO.

Lo cierto es que la impunidad en México sigue definiendo el horror del día a día. Ronda el 90%. En desaparición alcanza el 99%.

Y cuando hablamos del desastre de las fiscalías, antes procuradurías, hay que hacerlo en plural: en lo federal y local. De autónomas solo tienen el membrete.

Las víctimas se vuelven presas fáciles. En los temas que involucran al poder, la única rendija es la pugna entre ellos y sus enjuagues.

Por ejemplo, en el señalamiento de abuso sexual de un influyente empresario de Durango, la madre encontró esperanza cuando la administración federal —en ese entonces de partido distinto— lo atrajo.

En el caso de Ariadna, el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, se apresuró a revictimizarla. Todavía no la sepultaban y estos señores ya habían lanzado el dato del ahogamiento por consumo de alcohol. Claudia Sheinbaum habló de encubrimiento por parte de Carmona y la FGJ CdMx enmendó el agravio.

Pero tampoco ésta se salva. Recordemos el calvario de Alejandra Cuevas. Fue la fiscalía de Ernestina Godoy la que sirvió a las intenciones de Gertz y acusó de un delito cuya tipicidad no existe.

La autoridad de Nuevo León armó un montaje para difundir que Debanhi se había caído a una cisterna. La de Jalisco aseveró que Luz Raquel se incendió a sí misma. La de Oaxaca insistió que Abigail se ahorcó con su calzón, etcétera. Así podemos continuar. De procurar justicia con perspectiva de género, ya ni hablamos.

Las fiscalías se convirtieron en tapaderas de mafias y mercados de vendettas políticas. Se transformaron en el primer respondiente a favor de la delincuencia. Urge una sacudida.

Elisa Alanís

@elisaalanis

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Elisa Alanís
  • Elisa Alanís
  • Periodista. Máster en Análisis Político y Medios de Información. Escribo #RazonesyPasiones en @Milenio. Conduzco #ElisaEnMilenio
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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