El hombre que durante una década debió resolver los secuestros en México tiene bajo su poder el secreto sobre la investigación oficial de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. ¿Qué sucedió en realidad con los normalistas?, ¿por qué el gobierno de Enrique Peña Nieto se empeñó en presentar como verdad histórica los resultados de una indagatoria en la que hubo fabricación de pruebas y tortura sistemática de los detenidos?, ¿qué se trataba de encubrir y por qué fue tanta la determinación para hacerlo?
A casi ocho años de los hechos del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, todavía no conocemos el destino de un grupo de jóvenes humildes que esa noche fueron víctimas visibles de un ataque de grupos armados oficiales. ¿Cómo es posible que todo haya terminado con la desaparición de casi medio centenar de personas con preparación y organización colectiva en una ciudad donde existía nutrida presencia de fuerzas de seguridad civiles y militares?
Si bien su búsqueda se volvió una tragedia internacional y uno de los casos judiciales más trascendentes en la historia reciente de México, resulta indignante como país que aún seamos incapaces de poder establecer su paradero o determinar a cabalidad lo que sucedió con los muchachos.
Como coordinador y como titular del área Antisecuestros en la extinta PGR, Gualberto Ramírez trabajó en el gobierno de Felipe Calderón y en el de Peña Nieto. En 2014, de manera especial fue designado primer fiscal del caso Ayotzinapa, siendo el tercer funcionario en importancia del organigrama visible de la procuración de justicia de aquel entonces: solo por debajo de Tomás Zerón, ahora prófugo en Israel, y de Jesús Murillo Karam, procurador general.
Al inicio del actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, Gualberto siguió trabajando en la fiscalía encabezada por Alejandro Gertz Manero. ¿Cuáles eran las habilidades o peculiaridades que tenía este funcionario transexenal cuyo testimonio es clave para saber qué sucedió con los 43 normalistas y con el operativo montado durante el anterior gobierno para manipular su búsqueda?
Gualberto, hoy prófugo, puede ser quien libere la verdad aún secuestrada del caso Ayotzinapa.
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