Tal vez las deportaciones no han aumentado. Pero es indudable que los arrestos de indocumentados sí. Lo transparentan estos datos recientes. El procurador general de Estados Unidos está reduciendo el personal en la división de derechos civiles del Departamento de Justicia y está aumentando el dinero para persecuciones de inmigración, que se han vuelto viciosas. Merced a nuevos lineamientos, los agentes de inmigración han adquirido la libertad de detener gente en escuelas, hospitales, iglesias y juzgados. Lo que no solamente aumenta el riesgo de los inmigrantes de ser deportados, también pone en peligro su salud (al no sentirse seguros de poder ver a un médico o de recoger una receta en la farmacia) y les impide acercarse a la justicia para reclamar los derechos humanos básicos.
Los indocumentados y su silencioso infierno
Le toca a México, a su prensa, a su gobierno, a sus ciudadanos, elevar ese infierno de la indiferencia. Protestar en instancias internacionales el trato despiadado que se les está dando.
Ciudad de México /