Más Negocios

Odebrecht describe el poder de la corrupción

La firma sobornó a funcionarios, policías, líderes sindicales y hasta jefes indígenas para garantizar sus proyectos.

Cuando Odebrecht, el grupo brasileño de construcción, levantaba una de las plantas hidroeléctricas más grandes del país, la presa de Santo Antonio, en el estado amazónico de Rondonia, no dejó nada al azar.

La firma, que ahora está en el centro de la investigación más grande sobre corrupción en Brasil, supuestamente sobornó a casi todos los relacionados con el proyecto para estar segura de que todo funcionara tranquilamente.

Presuntamente se le pagó a políticos, policías, jefes sindicales y líderes indígenas para eliminar cualquier oposición, según los testimonios de ex ejecutivos de Odebrecht a la Corte Suprema.

Los jefes indígenas tenían su propio nombre en código, tribu, en un sistema de software que Odebrecht utilizó para darle seguimiento a los sobornos y comisiones clandestinas que se pagaron en cientos de proyectos.

“Se pagaron sumas de manera regular a los líderes indígenas a través de depósitos en sus cuentas bancarias”, dijo Henrique Serrano do Prado Valladares, ex ejecutivo de Odebrecht, en un testimonio que le dio a los fiscales a cambio de indulgencia.

Lo que comenzó como una investigación sobre la corrupción de la petrolera estatal Petrobras —la operación Lava Jato (o Autolavado)— se amplió para incluir a Odebrecht, uno de sus principales contratistas.

El alcance de los sobornos de Odebrecht en la presa de Santo Antonio y otros proyectos se detallaron en una serie de acuerdos de culpabilidad de 77 ex ejecutivos que recientemente se presentaron ante la Corte Suprema. Proporciona la evidencia más detallada a la fecha de hasta qué punto la corrupción penetró en la sociedad.

La estación de televisión Globo News lo describió como un testimonio de 900 horas sobre la “corrupción”.

La Corte Suprema autorizó las investigaciones en 74 casos que involucran a políticos y tuvieron como resultado 200 casos más para que procesen tribunales inferiores, incluidos los de tres ex presidentes.

En los acuerdos de culpabilidad se involucra a Michel Temer, el actual presidente, pero él niega firmemente cualquier delito. Los analistas creen que las acusaciones de corrupción van a ser un obstáculo para su capacidad de reactivar la economía del país, que está presa de la recesión a través de reformas presupuestarias, incluida una revisión para el sistema de pensiones.

Las revelaciones del caso Odebrecht también plantean serias dudas sobre qué tan efectiva será la investigación Lava Jato para terminar la corrupción en el largo plazo.

“Las fronteras entre el sector privado y el Estado en Brasil siempre han sido muy borrosas”, dijo Carlos Melo, politólogo de la Universidad Insper de Sao Paulo. “Desafortunadamente, no es posible decir que esto (Odebrecht) es una excepción”. Solo es raro que se revele de manera tan detallada lo borrosas que son.

En su testimonio, los ex ejecutivos de Odebrecht no solo mostraron cómo pagaban de manera rutinaria a todos los que se metían en el camino de sus proyectos, sino que era una práctica tan descarada que lo trataban casi como un chiste.

A los presuntos receptores habituales de los sobornos, desde presidentes hasta servidores públicos de bajo nivel, les daban nombres llamativos en las hojas de cálculo que utilizaron para darle seguimiento a los pagos. El sistema de software lo operaba un departamento de Odebrecht conocido como la sección de “operaciones estructuradas”.

Luiz Inácio Lula da Silva, el ex presidente del país, por ejemplo, supuestamente recibía simplemente el nombre de Amigo. Otro ex senador del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva era conocido como Ferrari. El ex líder de la oposición y ahora aliado de Temer, Aécio Neves, recibió el nombre de Mineirinho, por el nombre de su estado, Minas Gerais. Otros receptores recibieron nombres menos halagadores como Feo, Enano o Barbie. Todos los políticos a los que se nombró en los acuerdos de culpabilidad niegan cualquier delito.

También eran comunes las referencias al futbol. Arthur Maia, el político de la colación gobernante de Temer a cargo de hacer avanzar la reforma de pensiones, recibió el nombre de Volante (o mediocampista) del Equipo Internacional de Brasil, los fiscales dijeron en un documento que se presentó en la Corte Suprema. En la jerga de Odebrecht, Internacional era el código para el Partido Movimiento Democrático Brasileño de Temer, del cual Maia era entonces miembro, y Volante significaba representante de la Cámara baja del Congreso. Maia negó recibir pagos ilegales.

Los analistas dicen que en un país en el que la corrupción forma un sistema paralelo que se encuentra por debajo de la capa oficial de las normas y regulaciones, solo una reforma de raíz la va a poder eliminar.

Pero las señales preocupantes de que la corrupción en Brasil fue mucho más allá de Odebrecht y Petrobras. Melo de Insper señala un escándalo reciente por el pago de sobornos a los inspectores de salubridad en las plantas de carne brasileñas, lo que demuestra cómo la corrupción es más generalizada y profunda.

Señala cómo Brasil padece de un importante escándalo político federal, normalmente relacionado con la compra de votos en el Congreso o el financiamiento de campañas, casi cada década. Pero el mismo tipo de escándalos también ocurren a escalas estatal y municipal, dijo. La reforma electoral puede ayudar a resolver el problema.

Pero las autoridades reguladoras demostraron que son incapaces de darle un seguimiento adecuado a la corrupción en la política y en el servicio civil sobre una base diaria.

Con información adicional de Carina Rossi en Sao Paulo.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.