Las compañías de tecnología más grandes del mundo condenaron la orden ejecutiva de Donald Trump sobre la inmigración, después de estar bajo presión para pronunciarse por parte de sus empleados que se unieron a sus compañías inspirados por la misión de cambiar el mundo.
Los líderes de las compañías, entre ellas Apple, Google y Facebook, enviaron correos electrónicos a sus trabajadores en los que critican la medida para prohibir temporalmente la entrada de inmigrantes y refugiados de siete países con mayoría musulmana.
Tim Cook, director ejecutivo de Apple, dijo que la compañía le dijo a la Casa Blanca que ellos no apoyan esa política. Cook dijo: “Apple no existiría sin la inmigración”. El padre biológico de Steve Jobs, cofundador de Apple, era un inmigrante sirio.
Las compañías de tecnología dicen que las políticas migratorias de Trump ya perjudicaron su capacidad para contratar y retener talento de ingeniería del extranjero. Amit Kumar, director ejecutivo de la compañía de software, Trimian, dijo a Financial Times que como resultado muchas startups aumentaban el tamaño de sus sucursales fuera de EU. “El cambio fue inmediato, fue dramático. La gente piensa en cuál es el país adecuado para que sea la sede de sus operaciones”, dijo Kumar. “Veo eso en todos lados”.
Después de que el liderazgo que asumió la industria de tecnología dentro del sector empresarial estadunidense en la defensa de los derechos de la comunidad LGBT ayudó a evitar la amenaza de una legislación restrictiva en Indiana, por ejemplo, muchos empleados esperan que sus líderes participen en batallas públicas sobre lo que creen que es correcto.
Algunos directores ejecutivos hablaron con firmeza en las redes sociales contra el veto, el jefe de Netflix, Reed Hastings, dijo que “no es estadunidense”. El líder de Twitter, Jack Dorsey, dijo que es “real y perturbador”, mientras que el director ejecutivo de Slack, Stewart Butterfield, escribió que casi todas las acciones del presidente Trump han sido “injustificadas y malvadas”.
Incluso líderes que aceptaron trabajar como asesores del presidente alzaron la voz, Travis Kalanick, director ejecutivo de Uber, insistió en que va a llevar el tema a la reunión con el grupo de asesoría empresarial la próxima semana. Elon Musk, director ejecutivo de Tesla y Space X, dijo que esta prohibición afecta a muchas personas que “respaldan firmemente a EU. Hicieron lo correcto, no hicieron algo malo y no merecen que los rechacen”, tuiteó. Otros prepararon planes para ayudar a sus empleados de los siete países afectados que se podrían quedar varados en el extranjero. Google identificó a 200 trabajadores y Uber dijo que dará apoyo financiero a sus conductores que se quedaron atrapados fuera de Estados Unidos.
Airbnb dijo que ofrecerá alojamiento gratuito a refugiados, mientras que Brian Chesky, su presidente ejecutivo, tuiteó que cualquier persona a la que se le impida permanecer en EU debe contactarlo personalmente con solicitudes urgentes.
Ya que las compañías de tecnología se quedaron calladas después de la elección de Trump y muchos ejecutivos se reunieron con él y su equipo de transición, algunos empleados temían que le darían prioridad a las políticas que beneficien a sus negocios sobre defender los valores liberales de Silicon Valley.
Sam Altman, quien dirige la influyente incubadora de startups Y Combinator, escribió el sábado que era momento para que la industria tomara una postura contra Trump. Llamó a los empleados para que presionen a sus compañías a que pasen de las palabras a las acciones y dijo que su firma organiza una reunión esta semana para discutir lo que pueden hacer. “Las empresas de tecnología hacen grandes esfuerzos para contratar y retener a los empleados; éstos tienen mucha influencia. Si los empleados presionan a las empresas para que hagan algo, creo que lo tendrán que hacer”, escribió en un blog muy compartido.
Anil Dash, director ejecutivo de Fog Creek, instó a los empleados de las empresas de tecnología a decirles a sus jefes que el presidente debe derogar su “política migratoria inmoral y anticonstitucional”. Tuiteó que deberían exigirle a los ejecutivos que se reúnen con el presidente: “La declaración de principios de la compañía debe ser tan visible y clara como su presencia en la Trump Tower”.
Los empleados de Uber tuvieron que soportar a manifestantes con pancartas en las que etiquetaban a la compañía como un “colaborador”, frente al edificio de la compañía la mañana de la toma de protesta de Trump, y criticaron a Kalanick por trabajar en su grupo de asesoría económica.
Se acusó a Twitter de ser una plataforma para el fascismo por la gran cantidad de tuits del presidente Trump. Los empleados que salieron del trabajo la noche del pasado jueves tuvieron que caminar frente a los activistas que proyectaban: “¿Twitter prohibiría a Hitler?” a un costado de su oficina.
Aaron Levie, director ejecutivo de Box, dijo que sus empleados hablaron con él sobre las preocupaciones que tienen por las acciones del presidente Trump. “Nuestra base de talento tiene mil 500 empleados. La gente viene de todas partes del mundo para trabajar con nosotros y con nuestra misión. “Son de diferentes entornos, muchos de ellos son musulmanes, algunos de ellos vienen de países donde ahora hay un veto temporal o indefinido”, dijo. Levie dijo que tiene confianza de que otras empresas estadunidenses sigan el ejemplo de los directores ejecutivos de las compañías de tecnología. “Lo que ocurrió la mañana del sábado en Silicon Valley se va a extender a todo el sector empresarial estadunidense para el lunes”, dijo.
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