Como dice el dicho “ten cuidado con lo que pides porque se puede cumplir”. El efecto Pigmalión describe situaciones donde los niños reaccionan a las expectativas de sus padres y profesores.
Existen dos tipos de efecto Pigmalión, el positivo y el negativo. El negativo dice que si se le repite constantemente al niño que es malo o flojo, tendrá malas calificaciones y bajará su autoestima. El positivo es todo lo contrario, si se le dice que es muy inteligente, elevará sus notas y se sentirá más seguro.
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Si las etiquetas negativas son tan potentes, ¿no es mejor utilizar el efecto Pigmalión a su favor? Dale a tu hijo la autoestima que necesita para que confíe en sus capacidades y habilidades. En pocas palabras, trátalo como el niño que quieres que sea.
No se trata de mentirle, sino de crear un ambiente más motivador donde pueda explotar las habilidades que domina y mejorar aquellas que le cuestan más trabajo. Si confías en él, se sentirá inspirado y le será más fácil creer en sí mismo.
RL