Es un error haber nombrado a un funcionario como Alfredo Castillo al frente de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE) y más cuando estaban cercanos los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Tienen razón quienes piden que Castillo renuncie a su cargo regresando de las Olimpiadas, pero hace falta una decisión.
Escuchemos a Rafael Pérez Gay, editorialista de Milenio.