Bajo la sombra de los árboles plantados afuera del albergue para indigentes transeúntes San Juan Grande, descansan aquellos sin hogar o migrantes que van de paso para el país donde realizarán un sueño, del que no están muy seguros de conseguirlo.
Un indigente que ayer desde temprana hora esperaba la apertura de este albergue en el que otorgan comida a todo el que necesite, con una férula por una contusión en el codo izquierdo, comentó que no tiene a dónde ir, puesto que viene de Mayanalán, Guerrero; "un ranchito", asegura.
Expresa que la lesión que sufrió en su codo sucedió en una de las playas de Nayarit, en la que no se acuerda cómo pasó, sólo recuerda haber despertado y tener a paramédicos de la Cruz Verde auxiliándolo. Por lo que después de este suceso no ha logrado encontrar trabajo.
Mientras que muchos tapatíos disfrutaron una cálida Navidad en familia, Lorenzo Carranza, otro indigente que espera impaciente la comida del albergue, pasó la noche en los cruces de la avenida Hidalgo y Calzada Federalismo, en el Centro de la ciudad, en conjunto de otras cuatro personas, que afirma, son compañeros.
Además, una persona que estaba de paso en la Ciudad, cuyo objetivo es llegar a Sinaloa a trabajar en plantíos de fresa, comenta que viene en el tren desde Michoacán y piensa hacerlo hasta Nayarit, para de ahí tomar un camión hacia su destino. Expresó que la noche donde miles de personas disfrutan en familia, él lo hizo sobre la tolva de un vagón.
Algunos de los indigentes, migrantes de Centroamérica, personas que van de paso, entre otros, llegan a este albergue ubicado en la avenida Federalismo 449, esquina Manuel Acuña; que desde 1997 prepara más de 130 platillos diarios para las personas necesitadas, abre sus puertas a las 18:00 horas y tiene capacidad para acoger a 30 personas sin techo, además, ofrece regaderas para que la gente pueda ducharse.
Para algunas de estas personas que se concentran afuera del albergue no les interesa la Navidad y Año Nuevo, lo que ellos buscan es un trabajo, un techo donde refugiarse o un platillo para sobrevivir.