Una empresa en Estados Unidos se convirtió en escenario de un acontecimiento que pudo haber sido extraído de una historia de ciencia ficción. Después de trabajar durante 17 años en la compañía, Kevin Cantera, investigador radicado en Las Cruces, Nuevo México, fue despedido.
Sus jefes, según la información revelada por una columna de The Washington Post, consideraron que contaban con herramientas de inteligencia artificial lo suficientemente desarrolladas como para prescindir de los servicios de Kevin Cantera y otras dos docenas de trabajadores. La decisión desconcertó al investigador debido a que él mismo había ayudado a perfeccionar dichas herramientas.
La historia de Kevin, quien cuenta con una amplia trayectoria como escritor, profesor e investigador, fue dada a conocer en días recientes por la periodista Karla L. Miller y ha generado múltiples debates sobre el papel que puede desempeñar la inteligencia artificial en el mercado laboral. ¿Cómo ocurrió el despido de Kevin? En MILENIO te contamos.
Kevin Cantera 'entrenó' a su propio reemplazo
Hasta julio de 2025, Kevin Cantera trabajaba en una empresa del rubro K-12 EdTech, como se le conoce al ámbito del desarrollo y aplicación de tecnologías para promover el aprendizaje en los años de educación primaria y secundaria de Estados Unidos.
Según una carta enviada a la columnista de The Washington Post, los jefes de la empresa motivaron a Kevin y a varios de sus compañeros a implementar asistentes como ChatGPT y Microsoft Copilot para optimizar sus tareas de investigación y producción de contenidos.
En un inicio, la inteligencia artificial funcionó como una importante herramienta de trabajo para Cantera, pues aprendió a diseñar instrucciones para que los asistentes arrojaran respuestas precisas, mismas que él se encargaba de revisar posteriormente para garantizar la calidad.
Acorde con su testimonio, uno de sus jefes le aseguró que la inteligencia artificial no lo reemplazaría, pero durante el pasado verano fue víctima de un recorte masivo de personal. Las labores de al menos un par de docenas de trabajadores quedaron en manos de los sistemas de lenguaje a gran escala.
"Seguramente están tratando de examinar lo que obtendrán de la IA, pero también sé que dejaron ir a un número importante de expertos en la materia. Es aterrador pensar en que podrían estar confiando en los resultados del modelo sin ningún tipo de revisión", compartió Cantera en su misiva digital.
Acerca del tema, Karla L. Miller consideró que es cuestión de tiempo para que la inteligencia artificial se expanda a una cantidad importante de áreas de trabajo, lo cual podría ser provechoso si se adopta con lineamientos éticos.
"A pesar de las promesas de que la IA eliminará las tareas tediosas, muchos consumidores y empresas parecen estar utilizándola principalmente como un atajo barato", advirtió la escritora.
BM.