La policía holandesa utilizó caballos y cañones de agua para dispersar una protesta en Róterdam, desatada tras la prohibición de una visita del ministro de Exteriores de Ankara a la ciudad.
Más de mil personas que estaban congregadas afuera del consulado turco fueron dispersadas por la policía. El alcalde de la ciudad ofrecerá una conferencia de prensa tras una jornada tensa, en un momento de crisis diplomática después de la prohibición de una visita del ministro de Exteriores de Ankara, Ahmed Aboutaleb.
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Holanda impidió que el avión del canciller turco aterrizara en su territorio, lo que provocó acusaciones de "nazismo" del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, calificadas de "locura" por La Haya.
"Las autoridades turcas amenazaron públicamente con sanciones. Esto imposibilita la búsqueda de una solución razonable", explicó el gobierno holandés en un comunicado.
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