Francia está dividida en dos, literalmente. El mapa electoral muestra que casi la mitad del país votó en la primera ronda de las elecciones presidenciales por la ultraderechista Marine Le Pen y que la otra mitad, algo mayor, dio su apoyo al centrista Emmanuel Macron, un ex banquero que fue ministro de Economía.
Le Pen, líder del partido de extrema derecha Frente Nacional, arrasó sobre todo en las antiguas regiones industriales del norte, ahora empobrecidas, y en el sur menos desarrollado, a lo largo de la costa mediterránea y en Córcega. Se trata de las regiones en las que el partido de Le Pen ha tenido tradicionalmente muchos votantes.
Entre los bastiones de Macron, del partido En Marcha, se encuentra la Bretaña francesa y París, así como el oeste del país a lo largo de la costa atlántica.
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Los dos candidatos ofrecen a los electores un agudo contraste, pues albergan opiniones diametralmente opuestas sobre el futuro de la Unión Europea y la permanencia de Francia en el bloque.
Europa
En la segunda vuelta electoral, el 7 de mayo, se confrontarán dos ideas opuestas sobre el futuro de la relación de Francia con la Unión Europea.
Le Pen opta por una plataforma más oscura y aislacionista de "Francia primero" que prevé cierre de fronteras, endurecimiento de medidas de seguridad, menor migración y el abandono de una moneda común —el euro— para restituir el franco francés.
Ha abogado por lazos más estrechos con Rusia y ha criticado abiertamente las sanciones de la UE contra Moscú. También ha admitido que su campaña se ha beneficiado de finanzas rusas.
Por su parte, Macron tiene una visión optimista de una Francia tolerante y una Europa unida con fronteras abiertas, así como la intención de trabajar más estrechamente con sus vecinos.
También un firme partidario del libre comercio y del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Canadá.
Migración
Le Pen declaró, antes de la primera vuelta electoral, que de llegar a la presidencia tomará medidas para asegurar que los extranjeros vigilados por los servicios de inteligencia sean expulsados del país.
En campaña también habló de limitar la migración y restaurar las fronteras del país mediante la retirada del acuerdo Schengen, que permite viajar sin pasaporte entre los países de la Unión Europea.
Busca que el proceso para que un extranjero se convierta en ciudadano francés sea mucho más estricto.
Por el contrario, Macron se comprometió a hacer frente a las solicitudes de asilo en los primeros meses de su gobierno. Dijo que su país debe ser un lugar seguro para sus ciudadanos y que los refugiados serán bienvenidos, aunque está a favor de mantener controles inmigratorios más estrictos.
Ha enaltecido el papel de la canciller alemana, Angela Merkel, en la crisis migratoria y cree que Francia debe hacer en ese tema.
Seguridad
Francia se vio sacudida por una serie de atentados terroristas desde principios de 2015, que han dejado 238 muertos y que han conmocionado profundamente a la sociedad. En el país rige el estado de emergencia y en las estaciones de trenes, aeropuertos y atracciones turísticas patrullan soldados. Se han ampliado las atribuciones y medios de las fuerzas de seguridad.
Le Pen critica a la OTAN y busca sacar a Francia de su mando militar integrado.
De llegar a la presidencia, prometió aumentar el gasto de defensa para la contratación de 15 nuevos agentes de policía.
Tras el ataque terrorista en París la semana pasada, que dejó un agente policial muerto, llamó al cierre de todas las mezquitas islamistas en el país. Aseguró que para que el país sea cada día más seguro se necesitan mayores recursos, a fin de poder luchar contra el "terrorismo islamista".
De su lado, Macron prometió que incrementaría el gasto de defensa y la contratación de más agentes de policía.
En el último debate rumbo a la presidencia, buscó un balance entre la necesidad de responder y proteger a los ciudadanos franceses en solidaridad con la Unión Europea.
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Economía
El débil crecimiento de Francia es uno de los graves problemas del país.
Una de las propuestas firmes de Le Pen es abandonar el euro y cambiar a un "nuevo franco" de menor valor, con el fin de ayudar a que las exportaciones sean más competitivas.
También buscará un referendo sobre la pertenencia de Francia a la Unión Europea.
Le Pen se opone firmemente a la globalización y ha prometido buscar políticas que ella describe como "proteccionismo inteligente".
En tanto, Macron promete un recorte gradual del Impuesto de Sociedades, del actual 33 al 25 por ciento.
El candidato ha prometido recortar el gasto público de 60 mil millones de euros al año, y eliminaría unos 120 mil empleos públicos que ya no se ocuparían al retirarse los trabajadores que los ocupan actualmente.
Defiende el libre comercio y ha prometido considerar cambios a la semana laboral de 35 horas.
Quiere gastar 50 mil millones de euros, durante 5 años, para energía, medio ambiente, transporte, salud y agricultura.