El cardenal venezolano Jorge Urosa exigió ayer al gobierno de Nicolás Maduro desactivar a grupos civiles armados que según dijo le sirven de apoyo, al denunciar una “represión desmedida” contra las protestas opositoras.
El arzobispo de Caracas, crítico de Maduro, en rueda de prensa se refirió a grupos conocidos como “colectivos”, que según la oposición han sido armados por el gobierno y son una fuerza de choque que reprime a sus militantes.
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Agregó a Maduro que debe reflexionar y detener sus planes de instaurar en el país una “dictadura socialista” tras el ataque que sufrió el mandatrio el martes luego de una exhibición de fuerzas militares.
Horas después, tras terminar la misa que abre una de las mayores tradiciones de la Semana Santa en Caracas, la procesión del Nazareno de San Pablo (oficiada por Urosa), se desataron empujones, gritos y consignas del gobierno y opositores.
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Los enfrentamientos sucedieron dentro del templo, obligando a policías a ingresar para calmar la situación. Los feligreses ajenos a la refriega corrían aterrados.
Mientras que el gobernador del estado venezolano de Lara, Henri Falcón, confirmó que dos personas fallecieron en esa región occidental en medio de manifestaciones.
Así se suman cinco muertos, considerando a las tres anteriores durante una semana de protestas en el país contra el gobierno de Maduro.
