La incertidumbre que rodea el XIX Congreso del Partido Comunista, en el que se esperan cambios en el gobierno, y el posible aumento de la confrontación con unos Estados Unidos gobernados por Donald Trump auguran un 2017 convulso para China.
El país asiático, que vivió un 2016 relativamente tranquilo frente a los vaivenes globales, buscaba continuar esa estabilidad en 2017 para no perturbar el relevo de su cúpula comunista en otoño, pero los planes podrían irse al traste con el ascenso al poder de Trump, quien ya fue muy agresivo con China en su campaña electoral.
"Estamos pendientes de ver cómo cambia la política de Estados Unidos después de que Trump llegue a la presidencia para ver la nueva situación en Asia-Pacífico", señaló en entrevista el experto en relaciones internacionales Zhu Feng, de la Universidad de Pekín.
"Hay que observar cómo Trump reacciona al sistema internacional de libre comercio y cómo trata la política de 'una sola China'", señaló el experto en relación a las grandes amenazas que sobrevuelan con Trump: una posible guerra comercial, y un apoyo del líder estadunidense a Taiwán que podría desequilibrar la región.
Un líder vehemente e imprevisible en el otro lado del Pacífico no llega en el mejor momento para China, que quería consolidar este año su apuesta por un mundo multipolar con la celebración de dos cumbres internacionales en su territorio. La primera, en mayo, quiere reunir a decenas de líderes europeos y asiáticos de los países de las "Nuevas Rutas de la Seda", el gran proyecto de integración de transportes y telecomunicaciones abanderado por el presidente chino, Xi Jinping.
Después, en septiembre, la ciudad de Xiamen, muy próxima a Taiwán, será la sede de la cumbre BRICS, ya que China preside este año ese bloque de potencias emergentes que conforma con Brasil, India, Rusia y Sudáfrica.
"Son dos foros importantes, y suponen que China va a jugar un papel mayor en el desarrollo global", aseguró el experto en diplomacia de la Universidad de Pekín Wang Dong, en declaraciones a la agencia Efe.
En otoño, aunque la fecha aún no está definida, se celebra el XIX Congreso del PCCh, en el que se renovará la cúpula del partido, por lo que hasta esa cita proliferarán los rumores sobre quién dejará el poder y quién permanecerá, en la continua pero silenciosa lucha interna de la formación que gobierna el país desde 1949. Es casi seguro que el presidente Xi, con un gobierno mucho más personalista que sus antecesores, repetirá como máximo líder de la formación.
Los esfuerzos de China por mantener la estabilidad económica, tras un 2015 lleno de dudas sobre su sostenibilidad y un 2016 algo más calmado en este sentido también darán titulares en 2017, y es posible que también la sensible cuestión de Hong Kong, después de años de inestabilidad política en la ex colonia.
El territorio autónomo celebra este año los 20 años de retorno a China y el 26 de marzo elige a su jefe ejecutivo, dos hechos que pueden reavivar la indignación popular que ya se vivió en 2014 con la llamada "Revolución de los Paraguas".