Fantástico. La sala especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación piensa que muchas de las manifestaciones de famosos, con prácticamente el mismo texto y contenido a través de Twitter previo a las elecciones, fueron actos espontáneos de libertad de expresión. También asegura que no pueden ser sancionados a falta de un contrato, convenio o acuerdo verbal entre el Partido Verde y los ciudadanos.
¿Está hablando en serio? Comprendo que no podían sancionar debido al simple hecho de que Twitter no está regulado y no responde a las mismas leyes y reglas de otros medios de comunicación. ¿Pero creen que somos tontos? ¿Son así de inocentes? ¿Les cae bien la premisa aquella que tan bien funcionó para monstruos históricos, que “repetir mentiras” la hace verdad?
En lo particular yo no tenía ningún deseo de que se sancionara a tanto famoso con multas o castigos. Creo que la sociedad ya propinó bastante de su (merecido) desdén a través del mismo canal por el cual esta propaganda fue difundida: las redes sociales.
Pero escuchar del Tribunal que “no encontraron elementos para inferir que los tuits estaban dirigidos para influir en las preferencias de los ciudadanos” solo es triste. Triste, triste, triste. ¿Ahora quién podrá defendernos?
Kate, a Los Pinos
Cuando Tv Azteca se aventaba esas maravillosas telenovelas políticas con Argos eran otros tiempos. Pero no era algo ordinario. De hecho, el arrollador éxito de Nada personal, por ejemplo, tenía que ver con el hecho de que más allá de su gran calidad nunca habíamos imaginado que podríamos llegar a ver algo así en la pantalla de una televisora mexicana.
Claro que eso nunca ocurriría hoy en día en Azteca 13. Ni en Televisa. Cadena 3 lo hizo y nos preguntamos qué pasará cuando pase a ser la tercera televisora abierta de nuestra nación en unos meses. ¿Pero saben quién está con todo? Pues Netflix, por supuesto.
Miren que el delicioso sentido del humor negro que se requiere para poner a Kate del Castillo como una primera dama con iniciativa no es de ignorarse. Ella siempre ha causado polémica por sus personajes y comentarios, pero la verdad, al final del día, su carrera ha sido única, original, compleja y de admirarse.
No se ha regido por las reglas. Y ahora no tendrá que hacerlo. De verdad deseo que la serie Ingobernable sea tan buena como puede ser. Como Argos nos ha demostrado que es capaz de ser. Y que la historia se ocupe más de servirse a sí misma en términos dramáticos que a cualquier línea editorial. Lo admito, estoy emocionada.
¿En serio?
¿Laura Bozzo se llamó a sí misma “una cortina de humo”?
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