Política

Religión y elecciones

La tentación por usar la religión por parte de algunos políticos es tan fuerte como el deseo de poder mismo. Este factor –el poder político- también es tentador para las iglesias que son representadas por seres humanos. La tentación es para ambos y no es excluyente. Por esta razón convendría realizar una propuesta que bien pudiera ser un compromiso público en aras de garantizar el respeto irrestricto al principio de laicidad del Estado mexicano. La propuesta tiene un eje transversal descrito en tres medidas concretas y algunas específicas para estas elecciones intermedias.

Primero: Se debe de garantizar la independencia efectiva del Estado con respecto a cualquier confesión religiosa o ideología en particular, con el objetivo de asegurar la neutralidad ideológica de las administraciones públicas. Segundo: Eliminar cualquier tipo de privilegio o discriminación en el trato económico y fiscal, en el uso de los recursos públicos a favor de asociaciones civiles o sociales cuya objeto social tenga que ver con temas religiosos. Lo anterior garantizará los principios de igualdad jurídica y de no discriminación promulgados en la Constitución Política de México. Tercero: Asegurar una educación pública laica como derecho fundamental dentro del proyecto de nación al que aspiramos.

Como medidas específicas, insistiríamos en las siguientes: 1) evitar la presencia de autoridades o funcionarios públicos, así como candidatos, en eventos de índole religioso; 2) eliminar el uso de los símbolos religiosos en eventos públicos, en actividades proselitistas, en actos de gobierno. Cada vez con mayor frecuencia, este tipo de actos se llevan a cabo en México. Nayarit es el pésimo y nefasto ejemplo al respecto; 3) eliminar el uso de símbolos religiosos en espacios públicos. El espacio público es el aula de clase de una escuela pública, es el mercado municipal de la esquina de mi casa, en donde por cierto, tienen una enorme imagen de la virgen de Guadalupe. El espacio público es la calle por la que transito pero la gente cree que puede poner una imagen de otra virgen en la banqueta, encerrarla en una especie de oratorio y encenderle velas, convirtiéndolo ese espacio público en un centro de culto que no está sujeto a la ley; 4) eliminar todas las capillas de cualquier espacio público, así como la presencia de sacerdotes católicos. En la administración de Fox, los sacerdotes comenzaron a pasar por los hospitales públicos. Sin preguntarse si todos los enfermos requerían de sus servicios, pasaban por igual practicando su oficio. Esta actividad se normalizó cuando la ley secundaria se modificó.

En España, hay una propuesta para que se eliminen los Acuerdos con las Santa Sede así como el financiamiento público a la iglesia Católica, entre otras medidas. Acá, en nuestro país, el sigiloso avance de la iglesia Católica no ha pasado desapercibido por lo que es necesario revisar estos temas y otros más para fortalecer la laicidad del Estado mexicano.

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Sara S. Pozos Bravo
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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