¿Les parece normal, señoras y señores, que la gente exija conducir su coche como le venga en gana, a su aire, sin respetar límites de velocidad, poniendo en riesgo las vidas de los demás y sin importarle que su inapelable imprudencia pueda provocar accidentes o daños irreparables? ¿No debiera ser todo lo contrario? ¿No tendríamos que reclamar sanciones y medidas punitivas para los transgresores y disminuir así los riesgos? Nuestra propia seguridad y la de nuestros hijos ¿no tendría que ser un asunto del mayor interés? ¿No debiéramos aspirar a vivir civilizada y ordenadamente?
¿Por qué, entonces, la oposición a Miguel Ángel Mancera, alcalde de la capital de todos los mexicanos, por haber dispuesto, como medida disuasoria al exceso de velocidad, que se apliquen multas validadas por un sistema de fotografías? ¿Qué es lo que no nos gusta? ¿No nos place respetar los reglamentos? ¿No nos agrada obedecer? ¿Nos incomoda tener que respetar el principio de autoridad?
A juzgar por las reacciones de rechazo, este país está poblado de ciudadanos indisciplinados y con un pobrísimo sentido cívico. Es más, hasta un juez se ha permitido decretar que fotografiar a un infractor es “inconstitucional”. Pues, vaya Constitución, la que tenemos. Y, lo peor: algunos indecorosos representantes populares han elevado sus voces, en la Cámara Bajísima, para censurar y criticar la implementación del sistema. Me permito hacerles tres preguntas, más allá de saber que sólo quieren desprestigiar a un adversario político, que sacan roñoso provecho del descontento de los ciudadanos desobedientes, que se oponen por principio a todo lo que se haga fuera de su ámbito y que practican el más pernicioso obstruccionismo: ¿no se les cae la cara de vergüenza de ponerse del lado de los infractores? ¿No les parece escandalosa, en su condición de legisladores, la postura de defender que no se cumplan los reglamentos? ¿No debieran de tener tan claras algunas cosas, como la primordial obligación de que todos los mexicanos respeten las leyes, como para sentirse naturalmente llevados, por una vez, a estar de acuerdo con algo?
Estamos rodeados de basura…
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