Política

¿Cómo detenemos a un independiente impresentable?

El debate sobre las candidaturas independientes es mucho más espinoso de lo que parece: por un lado, nuestra democracia —desestimada por la mayoría de los mexicanos (injustamente, creo yo, más allá del desprestigio de los partidos políticos, de las expectativas incumplidas y de la interesada desacreditación de los procesos electorales que ha emprendido un mal perdedor)— necesitaría de la refrescante aportación que le brindarían unos participantes desvinculados de las estructuras tradicionales y que, además, encarnarían la figura del representante directo del ciudadano que responde abierta y espontáneamente a los primerísimos intereses de la sociedad en vez de atender los provechos de su grupo partidista; y, en segundo lugar, la mera existencia de impedimentos reales, bajo la forma encubierta de trámites engorrosos y exigencias incumplibles, viene siendo una práctica muy poco democrática en un sistema que debería asegurar —a todos los aspirantes— condiciones equitativas de participación. Estamos hablando de la evolución de un aparato público que no sólo necesita renovarse para recobrar la legitimidad que le puedan aportar los votantes sino ofrecer oportunidades de participación a los individuos soberanos que pretendan cambiar realmente las cosas en este país.

Muy bien, pero, al mismo tiempo se aparece, en el escenario, la figura del candidato nefasto y perjudicial, del sujeto que va por libre, sin haberse nunca sometido a las disciplinas y acatamientos que exige cualquier estructura partidista y que, engatusando a las masas con el típico discurso populista, logra encaramarse a un cargo público donde su actuación será punto menos que catastrófica.

Es cierto que los partidos han bendecido, en este país, la zafiedad de una Carmen Salinas o llevado, a un personaje como Cuauhtémoc Blanco, a la mismísima alcaldía de Cuernavaca (Carlos Puig, en su columna de ayer, advertía ya de las riesgosas disposiciones que va a aplicar el ex futbolista) mientras que, en Estados Unidos, la simple presencia de un tipo como Trump resulta inentendible, aparte de asombrosa. Pero, cuando las puertas se abran para todos, que alguien me diga cómo van a parar a los impresentables.

revueltas@mac.com

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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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