Política

México: un país anormal

Lo de que los maestros, en este país, salgan a la calle armados de palos, de que destrocen las oficinas donde los ciudadanos realizan tranquilamente sus diligencias, de que bloqueen las autopistas y, peor aún, de que dejen sin clases a millones de niños, esto nos habla, en efecto, de un México en el que “la cosa está de terror”.

La anormalidad de una nación, con el permiso de ustedes, no resulta únicamente de la violencia que desatan las organizaciones criminales ni de lo sangrienta que pueda resultar la ofensiva gubernamental contra los delincuentes sino, como observamos en este caso, de la escandalosa trasmutación de los profesores —los encargados directos de trasmitir conocimientos y valores a quienes serán los futuros ciudadanos de la República— en vándalos, en agitadores violentos y en sujetos desobedientes que no sólo participan en amotinamientos y sabotajes sino, lo repito, que incumplen con una tarea que debiera considerarse sagrada. Y es ahí, en el consentimiento cómplice de esta dejación, donde está el quebrantamiento mayor de unas autoridades que toleran cobardemente la impune violación del orden público, como si no fuera importante que los mexicanos viviéramos en paz, y que, encima, permiten que se pisoteen flagrantemente los derechos de la niñez de la nación. Es una ignominia tan colosal y una bajeza tan infame que me pregunto cómo es que no salimos todos nosotros a las calles para, ahí sí, exigir que todos esos chicos reciban la educación que necesitan —y que merecen— en lugar de que se les deje vilmente en el abandono.

Pero, bueno, luego de atacar a la Policía Federal y de lanzar un autobús contra los agentes —individuos que, por lo visto, no tienen las mismas garantías que los demás y a los cuales puedes moler a garrotazos y descalabrar a pedradas— los salvajes manifestantes de Acapulco cuentan ya con una baja mortal en sus filas, algo que no deja de ser muy lamentable, y ahora será el cuento de nunca acabar: la cantilena de la “represión” servirá para justificar interminables algaradas y nunca, jamás de los jamases, se hará “justicia” porque nadie le creerá nada a nadie. Estamos avisados.

revueltas@mac.com

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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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