Política

Compro, luego existo

Otra cosa que me intriga grandemente, al imaginar un fin de semana largo de tiendas atestadas de compradores, es cómo hemos llegado ahí, colectivamente. Quiero decir, pareciera que nos han inoculado, a los pobladores de la modernidad, una suerte de virus que nos empuja irresistiblemente al consumo. Y, miren ustedes, hemos caído redonditos. Desde luego, hay gente que no puede comprar casi nada porque no tiene dinero. Ahí está esa mitad de la población nuestra que vive en la pobreza. ¿Buen Fin? Por favor. ¿Para quién?

Pero otro sector, el de una clase media creciente, consume de manera desaforada. No hay más que salir los fines de semana a los centros comerciales para observar a alegres compradores que llevan los carritos del supermercado atestados de mercancías, que cargan en el maletero del todoterreno una enorme pantalla plana o que se apiñan en una tienda de teléfonos celulares para comprar el smartphone más reciente.

Y no hablemos de los trapos, los bolsos y los accesorios. O sea, de las marcas: ya las gafas de sol (¿nombres? Prada, Ray-Ban, Carrera, Cartier) son una especie de religión profesada globalmente por jóvenes y viejos, las prendas de Lacoste se han vuelto casi un uniforme y los bolsos Louis Vuitton los ves en ocasiones que los lleva gente que debería gastarse su plata en cosas más apremiantes (pagar primeramente la renta, por ejemplo, o liquidar totalmente la deuda de la tarjeta de crédito para no seguir solventando esos intereses usureros que nos cobran aquí).

Muy bien, pero ¿quién está detrás de todo esto? ¿Cómo es que la cultura del consumo nos ha sido impuesta al extremo de que un número cada vez mayor de personas se preocupa, seriamente, por aparentar, por estar a la última moda, por exhibir gadgets y comprar objetos que no necesita realmente?

Dicho en otras palabras, ¿es realmente necesario que gastemos, todo el tiempo y desmesuradamente, para que el mundo funcione? Y, sobre todo, en esa carrera consumista tan agobiante, ¿no estamos dejando de vivir la vida?

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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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