Lo que se vivió ayer en el Salón Fuerte de Guadalupe del Centro Expositor, con la toma de protesta de la nueva dirigencia estatal del PAN, fue la consumación de la nueva era del panismo poblano.
Sin la presencia de los panistas tradicionales y las figuras de las familias custodias de Acción Nacional, una parte ligada al Yunque, tanto el formato como el discurso inauguró una nueva época del PAN hecho gobierno.
Con la toma de protesta de Jesús Giles Carmona y Martha Érika Alonso como presidente y secretario del Comité Directivo Estatal, se consuma la conquista y control absoluto de este partido con el proyecto político de Rafael Moreno Valle.
El joven brillante que hizo sus primeras apariciones durante la campaña electoral por la gubernatura de Manuel Bartlett Díaz, influyente en el gabinete de Melquiades Morales y excluido del PRI en el sexenio de Mario Marín Torres, hoy Moreno Valle es el "primer panista del estado".
Pero no solo eso, se trata de uno de los gobernadores más influyentes del país con una importante posición en la estructura nacional del PAN y con un potencial para perfilarse por la candidatura presidencial.
El panismo reunido ayer en el Centro Expositor con el ascenso de Martha Érika Alonso al centro de la dirigencia estatal es simplemente la conexión de un proyecto político en ascenso.
Si bien faltó entusiasmo en el evento partidista, con la carga de tratarse de un partido gobernante, al privar el formalismo burocrático, amén de la mala dicción de Jesús Giles y sin levantar el ánimo de la militancia, empieza una nueva era en el PAN donde la premisa es la unidad para triunfar en el 2016.
Fue Ricardo Anaya Cortés, el líder nacional, quien puso el punto en las íes al apuntalar los resultados de un buen gobierno respaldado por todos los indicadores, suficientes para "arrasar" en 2016.
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