La semana pasada comenté la nueva película de Star Trek. Un concepto clásico de esta serie es la “propulsión warp”, que permite a la nave Enterprise viajar a velocidades superlumínicas.
Posible en ciencia ficción, pero no en la realidad. ¿Por qué no se puede viajar más rápido que la luz? Resumamos una explicación compleja en dos puntos:
1) Desde finales del siglo XIX se sabe, gracias a experimentos, que la velocidad de la luz en el vacío es constante: jamás cambia.
2) Como consecuencia, la teoría de la relatividad de Einstein predice que conforme un objeto se acelera, su masa aumenta. A la velocidad de la luz, la masa es infinita; para moverla se necesita infinita energía.
La propulsión warp de Star Trek funciona deformando de alguna manera el espacio para viajar más rápido que la luz (warp significa “plegar”). El concepto es plausible, pues no viola los supuestos de la relatividad, y así fue adoptado en Star Trek y muchos otros relatos, series y películas. Pero fue hasta 1994 que se volvió científicamente posible.
Ese año, el físico mexicano Miguel Alcubierre estudiaba un posgrado en Gales. Era fan de Star Trek y un día, pensando cómo podría funcionar la propulsión warp en la realidad, tuvo una idea prometedora. La escribió, la desarrolló matemáticamente y la envió a una revista científica, donde fue aceptada y publicada.
La idea de Alcubierre se basa en el concepto cosmológico del big bang, cuando el espacio comenzó a expandirse y el tiempo comenzó a correr.
La expansión del espacio ocurrió a una velocidad superior a la de la luz, sin que ello violara la relatividad: lo que se expandía era el espacio mismo. ¿Qué pasaría si una nave lograra deformar el espacio, comprimiéndolo delante de sí y expandiéndolo detrás suyo?
La propuesta de Alcubierre es sólo teórica. Aún así, la NASA anunció hace dos años que explora la posibilidad lejana de diseñar un motor warp funcional.
La buena ciencia ficción no solo parte de la ciencia real; puede ser inspiración para ella.
mbonfil@unam.mx
Dirección General de Divulgación
de la Ciencia, UNAM
