Ciencia y Salud

Nobeles misteriosos

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  • Martín Bonfil Olivera

Los premios Nobel de Física y Química de este año resolvieron misterios.

El primero se otorgó a Takaaki Kajita, japonés, y Arthur B. McDonald, canadiense, "por su descubrimiento de las oscilaciones de neutrinos, que demuestran que éstos tienen masa".

Los neutrinos son partículas fundamentales que interactúan muy, pero muy raramente, con el resto de la materia: son como fantasmas. Se estudian con inmensos tanques llenos de agua pesada, con paredes tapizadas de tubos fotomultiplicadores, que detectan cualquier destello de luz.

Los neutrinos pueden viajar, en el agua, más rápido que la luz (nada supera la velocidad de la luz en el vacío, pero ésta viaja más lento en otros medios). Al hacerlo, emiten fotones; esto es lo que se detecta.

Pues bien: al estudiar los neutrinos procedentes del Sol, la cantidad detectada era solo un tercio de la esperada, según los cálculos. ¿Dónde estaban los faltantes?

Hay tres tipos de neutrinos: tipo electrón, tipo tau y tipo muón. En 1998, Kajita descubrió que los neutrinos provenientes de la atmósfera "cambian de personalidad" al llegar a la Tierra: de tipo electrón pueden pasar a ser tipo muón. En 2001 McDonald confirmó que los neutrinos procedentes del Sol, tipo electrón, también "oscilan" para volverse tipo muón o tau. Misterio resuelto.

La oscilación de neutrinos implica que tienen masa, lo que contradice el llamado modelo estándar que describe todas las partículas subatómicas conocidas. Es decir, el modelo es imperfecto, y hay que buscar uno mejor. Esto hace felices a los físicos de todo el mundo, que disfrutan resolviendo misterios.

El misterio zanjado por los ganadores del Nobel de Química es distinto: se otorgó al sueco Tomas Lindahl, el estadunidense Paul Modrich y el turco Aziz Sancar "por sus estudios de los mecanismos de reparación del ADN".

En 1970, Lindahl descubrió que el ADN es muy frágil y sufre constantes daños por agentes químicos o radiación ambiental. ¿Cómo es posible que los seres vivos sobrevivan así?

La respuesta: Lindahl, Sancar y Modrich descubrieron, respectivamente, tres distintos tipos de mecanismos que constantemente reparan estos daños. Quizá esto algún día pueda aplicarse para combatir enfermedades como el cáncer.


mbonfil@unam.mx
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

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