Abundan los charlatanes que ofrecen “autosuperación”: salud, bienestar, juventud, dinero y amor. Solo es necesario comprar sus conferencias, libros, productos o terapias. Muchos toman ideas científicas y las mezclan con conceptos místicos para obtener un revoltijo contradictorio y falto de sustento científico, pero que vende y suena bonito.
Una de las representantes más exitosas de esta tendencia en México es Gaby Vargas. En los últimos años se ha interesado por temas de salud y bienestar donde lo “espiritual” se mezcla con lo científico. Como resultado, se ha convertido en una ávida lectora y promotora de todo tipo de charlatanes pseudocientíficos.
Su problema —un gran problema— es que no cuenta con la preparación ni el conocimiento científico para distinguir la ciencia auténtica de sus imitaciones fraudulentas. Por el contrario: parece tener un talento especial para detectar charlatanes.
Pues bien: Gaby Vargas acaba de lanzar un nuevo libro titulado Los 15 secretos para rejuvenecer (Aguilar, 2016). En él presenta la idea —real, pero exagerada y sobresimplificada— de que la causa fundamental del envejecimiento es el acortamiento de las puntas de nuestros cromosomas: los telómeros (en cada división celular, los telómeros se acortan; cuando se acortan demasiado la célula muere) y de que nuestras emociones y pensamientos pueden restaurarlos a través de la enzima telomerasa; si eres positivo y disfrutas la vida, envejecerás menos (todo lo cual carece de cualquier fundamento científico). Para colmo, afirma que esta influencia se da a través de “vibraciones” de “energía” y “campos electromagnéticos” que producen nuestras células y nuestro corazón.
Soy partidario de la libertad de prensa, pero exijo rigor y veracidad cuando se habla de ciencia. Presentar como ciencia algo que no lo es es desinformar. Hablar de ciencia sin tener la preparación adecuada para hacerlo y presentar como válidas teorías sin fundamento a un público amplio y deseoso de información útil es traicionar la confianza de ese público.
Por lo pronto le recomiendo que, si le interesa la ciencia y quiere saber qué dice ésta sobre el envejecimiento, se abstenga de leer el nuevo libro de Gaby Vargas.
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Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM