Ayer estuve en la sede de la Asamblea Constituyente, con el fin de entregar una carta a los diputados que la componen.
El contenido de esta carta está motivado por el interés de mi parte, y de muchos otros, debido a que será la Constitución con la cual eventualmente gobernaremos desde la fuerza ciudadana en 2018. Por esta importancia es necesario estar atentos a cada uno de los debates, conceptos y aprobaciones de los diputados, pues de ahí nacerán las leyes y los reglamentos del futuro gobierno.
Esta es una Constitución que nace de una correlación de fuerzas específicas en la capital, la ciudad más importante del país y, por tanto, ésta no solo es texto, sino campo de batalla.
Los sectores conservadores se mantienen al acecho, esperando que la incongruencia les haga el trabajo sucio, para que las libertades fracasen y no se consagren.
Desde ahí es necesario ver hacia el futuro y no solo lo que es la ciudad presente. Esa Constitución será el punto de partida del nuevo estado de derecho que determinará las leyes y reglamentos que cambiarán la forma de gobernar. Los que dicen que no es importante no tienen razón.
En cada artículo aprobado deberán reflejarse las luchas por los derechos y las libertades en la capital y los logros a favor del bien común. En cada artículo estará el ser y el deber ser de la ciudad incluyente y diversa, que representa a todos los mexicanos.
En ella deberán estar contenidos el ideal de los pueblos originarios, la defensa de la tierra, el mejoramiento de los barrios, la movilidad sustentable, la diversidad de las preferencias sexuales, la no criminalización del consumo de la mariguana, la revitalización del espacio público, la cultura y la educación, la preservación del patrimonio cultural y artístico, un desarrollo urbano planeado que dé certeza tanto a gobernados y gobernantes, a la gobernanza y un sistema de justicia eficiente, a la democracia participativa, los derechos y los deberes integrados de los ciudadanos, a la libertad de expresión y al diálogo público como un derecho intrínseco al uso del espacio público.
Por todo ello, la sociedad debe estar vigilante, hasta el 5 de febrero de 2017 de manera crítica, propositiva y vigilante, pues el objetivo es el futuro de Ciudad de México que hoy está, breve y temporalmente, en manos de los constituyentes. Por eso, ahí estaremos.
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@MarcoRascon