En los años 80 y 90 lo que la gente quería en México era que su voto contara. Que ya no hubiera fraudes electorales, como era habitual casi en cada proceso electivo. Era la principal demanda de los ciudadanos, como hoy lo es que ya no haya corrupción. Los más jóvenes no lo saben pero teníamos todo un léxico dedicado a los robos de sufragios (ratón loco, operación tamal, urnas embarazadas, alquimia electoral). Más de tres décadas después, y miles de millones de pesos más tarde, que han sido gastados en nuestro sistema electoral, resulta que sigue habiendo mucho de todo lo que padecíamos en aquellos años: comicios sucios, manchados. Si bien ya no hay robos de urnas tan descarados, porque los mapaches (otro término de esas épocas) se han sofisticado, la elección del Estado de México ha quedado ensombrecida.
Las semanas, días y horas previas fueron una vergüenza de acusaciones, guerras sucias, calumnias, compra de votos, despilfarro de dinero público y vaya usted a saber si hasta usufructo de recursos criminales. La Fepade atrapó todo tipo de gentuza (quizá de lo bueno de estos comicios, lo mejor de la jornada, el activismo de la fiscalía en las calles) tratando de violentar los comicios a través de compra de votos, de acarreo de votantes, de propalar mentiras, de enviar mensajes apócrifos. Hubo gente armada, hubo gente secuestrada. Hubo un poco de todo lo que padecíamos hace tanto tiempo ya.
Tenemos una adolescente democracia (si fechamos su nacimiento en el 2000) carente de demócratas. Hoy, este domingo, me voy a dormir en un país que tiene dos gobernadores electos mexiquenses, dos gobernadores electos en Coahuila, y dos gobernadores electos en Nayarit, porque todos los candidatos punteros… se declararon ganadores.
Este domingo me voy a dormir en un país cuyos mecanismos de conteo de votos siguen siendo lentísimos (a medianoche 35% del PREP en Estado de México, 5% del PREP en Nayarit, 8% del PREP en Coahuila). Este domingo me voy a dormir en un país que tiene una entidad donde el presidente de un instituto electoral sale a dar resultados de un conteo rápido que marca una diferencia entre el primero y segundo lugar que puede ser de un punto porcentual, en una muestra con… 5 puntos porcentuales de probable error. Pero no solo eso: da un conteo que se contrapone con su PREP, al menos hasta el cierre de esta edición.
Me voy a dormir en un país donde todos, absolutamente todos los actores políticos (gobernadores en funciones, secretarios de Estado, candidatos, presidentes de partidos que esta noche claman las mismas victorias de sus oponentes, árbitros electorales) han aportado algo para envilecer el sistema democrático mexicano.
Aquí, 37 años después de aquellas batallas electorales que costaron cientos de vidas, nuestra democracia está llena de tramposos electorales en PAN, PRI, PRD y Morena. Gente que no sabe ganar y perder a la buena, gente que tiene que hacer transas porque no se desprende de su gen corrupto. Felicidades sicarios electorales, prevalecen sus crímenes, sus excrecencias, su corrupción, al menos su deshonestidad intelectual. Qué vergüenza de democracia sin demócratas…
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