Política

La paparrucha de #FridaSofía y el periodismo…

  • Doble fondo
  • La paparrucha de #FridaSofía y el periodismo…
  • Juan Pablo Becerra-Acosta

Creo que los medios debemos informar sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos, sobre todo cuando hay casos muy periodísticos o importantes (que no es lo mismo). Así que, sobre este asunto del espectro llamado #FridaSofía, comento algunas cosas…

Paparrucha es una palabra no muy usada en Ciudad de México, pero resulta certera para este caso. Se lee en el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española:

Paparrucha. De páparo. 1. Nombre femenino coloquial. Noticia falsa y desatinada de un suceso, esparcida entre el vulgo.

Y así fue: una historia que se propaló de boca en boca en la llamada zona cero del colegio Enrique Rébsamen. Aquí está la crónica de cómo supimos en MILENIO acerca de la niña que hablaba y bebía, pero que en realidad era un fantasma:

http://www.milenio.com/region/frustrante-invencion-nina-frida_sofia-enrique_rebsamen-sismo-marina-cdmx-milenio_0_1034896505.html

Era miércoles 20 por la noche en Redacción. Todos estábamos pendientes de lo que ocurría en el lugar. Que si sacaban a Frida Sofía, que si había cuatro niños bajo los escombros. De pronto dejamos las emociones. Empezamos a reflexionar. A la historia le hacía falta algo: los papás de Frida Sofía. ¿Dónde estaban los papás de la niña de 12 años (o de 7, vaya usted a saber, uno no sabe cómo son las ánimas)? Eso pedimos a los reporteros, que entrevistaran antes que nadie a los padres. O a uno de ellos.

La mañana del jueves 21 seguimos con eso: ¿y los papás? ¿Estaban desaparecidos? ¿Estaba en alguna lista una niña Frida Sofía? ¿De heridos? ¿De muertos? En documentos del colegio, ¿estaba en una lista de alumnos? No habíamos verificado esas cosas antes porque quienes afirmaban que existía la niña eran fuentes fidedignas de Marina, Sedena y rescatistas. Si ellos decían que Frida Sofía bebía, hablaba, movía dos dedos, y que tenían confirmación de su presencia gracias a sofisticados aparatos térmicos, pues hombre, no había necesidad de que nos metiéramos a los escombros a confirmar. Ni podíamos hacerlo.

Al mediodía estábamos prácticamente seguros de que no existía Frida Sofía: por la mañana el gobierno federal había emitido un extraño comunicado pidiendo que se presentaran en el lugar los padres… de los “presuntos niños desaparecidos”. Los presuntos niños desaparecidos. Uta. No había datos de ella o de sus padres y así lo íbamos a dar a conocer (íbamos a decir que no había rastros de Frida Sofía ni de sus papás en documento alguno), cuando salieron funcionarios de la Marina a confirmar... que no existía. Dimos la información primero que cualquier televisora y se acabó.

Me parece que cumplimos con lo que se debe hacer en periodismo: recibir una información (de un voluntario, como se lee en la crónica cuyo enlace copié más arriba), verificarla (un miembro de Sedena y un rescatista), confirmarla (Marina), volver a verificar y confirmar (SEP, Presidencia, Marina, Defensa y rescatistas) y así lo dimos a conocer.

Pero fallamos porque no era cierto. Lo que siempre les digo a los reporteros: como periodista yo no le creo a nadie. Pero a nadie, ¿eh? No somos voceros de gobiernos, de poderes, ni de movimientos sociales. No le creo a nadie, sea quien sea. Hasta que verifiquemos, confirmemos y volvamos a comprobar. Y aun así, dudo.

Aprendizaje: en periodismo nunca sabes todo y siempre te puedes equivocar. Perdón…

jpbecerra.acosta@milenio.com
Twitter: @jpbecerraacosta

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.