El 1 de mayo de este 2015 que fenece, sicarios del Cártel de Jalisco Nueva Generación derribaron con un misil ruso un helicóptero Cougar de la Fuerza Aérea Mexicana en Villa Purificación (Jalisco). Eso provocó nueve militares y una policía federal muertos y varios heridos. El CJNG es el grupo del crimen organizado más poderoso, insolente y vil perseguido por el Estado mexicano. Retomo algunos datos...
El viernes 22 de mayo, tres semanas después de que fuera destrozado el Eurocopter, policías federales se enfrentaron en Tanhuato (frontera entre Jalisco y Michoacán) con varios miembros del CJNG: hubo 42 muertos entre los sicarios y un policía caído luego de tres horas de balazos dentro de un enorme rancho llamado El Sol, donde se refugiaban los narcos. El lugar fue cocido a fuego hirviente incluso por tiros desde un helicóptero Black Hawk de la Policía Federal, el cual también recibió impactos de fusiles, pero no cayó. No se reportaron heridos entre los criminales, solo un federal de parte del gobierno mexicano. Hubo tres detenidos.
Y surgió la polémica: ¿se había tratado de una ejecución en venganza por el derribo del Cougar? ¿O por algún otro motivo? De acuerdo a los reportes iniciales, entre los criminales había más muertos (42) que armas incautadas (40). Las autoridades afirmaron que no hubo ejecuciones extrajudiciales, que todos los delincuentes habían muerto combatiendo. En un reporte posterior recontaron: en el lugar habían sido aseguradas 42 armas, entre fusiles y pistolas.
Semanas después se supo que, de los 42 miembros del CJNG abatidos en ese lugar, 34 eran oriundos de Ocotlán, Jalisco. En ese municipio, a tan solo 86 kilómetros de Guadalajara, el 19 de marzo de 2015 sicarios del CJNG habían emboscado a decenas de policías federales: ejecutaron a cinco elementos de la Gendarmería y, con su fuego enloquecido, mataron a cuatro civiles.
¿Entonces lo de finales de mayo en Tanhuato fue venganza por lo ocurrido a mediados de marzo en Ocotlán? ¿O había una tercera razón? El 13 de mayo de 2014, más de un año antes, un teniente y cinco soldados del 32 Batallón de Infantería del Ejército trasladaron muestras de combustible decomisado en Guachinango a las instalaciones de la delegación de la PGR en la capital de Jalisco. Al pasar justo bajo del arco de cemento que anuncia el ingreso a Guachinango, el camión fue emboscado. Más de 30 sicarios del CJNG subidos en seis vehículos abrieron fuego. Los criminales lanzaron granadas y el combustible que los soldados transportaban en tambos estalló. Un teniente y un soldado resultaron malheridos. Cuatro miembros de la tropa cayeron baleados y calcinados. Horas después las imágenes eran macabras.
Ganas de vengar a los caídos por las despiadadas insolencias del cruel cártel no faltan, pero el Estado mexicano no puede caer en eso. Lo que haya sucedido, parece que pronto lo sabremos, una vez concluidas las pesquisas...
jpbecerracostam@prodigy.net.mx
twitter.com/@jpbecerraacosta