Política

Redefinir al periodista

  • El país de las maravillas
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  • Horacio Salazar

Leo en Milenio Monterrey que Periodistas de Nuevo León entregó sus premios 2017 a un grupo de respetados colegas entre los cuales tengo varios amigos. En la lista están un amigo de casa, Víctor Martínez (director de noticias en Multimedios Televisión), una amiga de otros tiempos (Judith Medrano), amigos en activo como Vico Canales y Ricardo Alanís y sobre todo Manuel Yarto, con quien he compartido una carrera de (gulp) 35 años. También merece mención aparte una querida y muy recordada amiga, Rosaura Barahona.

Todos los que practicamos este oficio en tierras regias debemos agradecer a Jesús Óscar González el esfuerzo de reconocer, año tras año, a un grupo selecto de periodistas, pues, como dijo Manuel en su alocución, el periodismo de calidad es necesario para las sociedades democráticas.

Esto me lleva a recordar un ensayo que escribió a mediados del año pasado uno de mis mentores virtuales, Thomas Baekdal: “Hacer a editores y periodistas relevantes para una audiencia digital”. Baekdal es un formidable analista de medios a quien leo continuamente en el afán de encontrar las fórmulas de la prosperidad en los turbulentos tiempos que vivimos.

El texto es largo, y resumirlo es complicado. Pero espero no traicionarlo destacando las ideas principales. En esencia, Baekdal dice que los medios convencionales seguimos haciendo periodismo obsoleto. Éramos los portadores de noticias.

Ya no. La información se ha vuelto una mercancía, algo fácilmente asequible, y editores y periodistas tenemos que repensar nuestro papel si queremos no solo prosperar, sino hacerlo cumpliendo una función constructiva para la sociedad. Lo que me lleva al segundo punto del analista: él dice que es un error, en la era digital, esconder al periodista detrás de un minúsculo crédito que nadie lee.

Seguimos pensando que la objetividad es mejor servida si el periodista actúa como simple vaso comunicante. Hoy la competencia está personificada en protagonistas apasionados que no tienen empacho en convertirse en protagonistas y en ventilar abiertamente sus posturas y pasiones.

El tema es interesante como para discutirlo in extenso, de preferencia acompañados de buen beber, pero sobre todo de buen pensar. ¿Cómo podemos imaginar a un periodista exitoso en la actualidad? ¿Se puede hacer periodismo apasionado conservando los valores esenciales del periodismo tradicional? Hay que repensar, redefinir al periodista, para que las celebraciones anuales no se hagan sobre un oficio en extinción.

horacio.salazar@milenio.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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