Si una sociedad niega la libertad con justicia para afirmar el placer de ser, la sexualidad no puede ser más que un mecanismo de represión que contribuya a perturbar un poco más nuestra vida provinciana. La lucha por la liberación sexual se ha convertido, así, en muchas ciudades de México, en un desafío a la autoridad, un desafío que transgrede lo meramente sexual para cuestionar a la autoridad misma. La democracia no es solamente el triunfo de las mayorías sino ante todo y sobre todo el respeto absoluto a las minorías.
El freno puesto al matrimonio igualitario en la Cámara de Diputados, tiene sus consecuencias. El problema de la represión de los grupos que se alejan del fin reproductor, especialmente los homosexuales y a la comunidad LGBT, a los cuales no solo se les sigue reprimiendo, sino que además se les ha despojado de un Derecho Humano fundamental.
Las iglesias que se oponen, la reacción y el conservadurismo de México, están supeditadas a nuestra constitución, nunca por encima de ella.
¿Quién puede callar ante la exoneración de un cura criminal que ha quedado impune como lo es el asunto de los niños violados por gran número de curas pederastas? Yo, definitivamente, no.
¿Cómo se mide el influjo de una idea, cómo se puede calcular el efecto que ha tenido sobre la historia humana una intoxicación que dura siglos y siglos?
En estos tiempos que corren de “maridajes ideológicos” tan aptos para la confusión, hay mucho muerto putrefacto dentro de la clase política mexicana, políticos copulativos “contra natura” que con sus alianzas impidieron el avance hacia la igualdad de derechos para todos los ciudadanos de México.
¿Los asustaron los mochos e hipócritas que salieron a la calle a azuzar la hoguera de la homofobia? ¡Qué decepción! , derogan la iniciativa presidencial y así, refutaron a nuestro Gobernador que ha sido impulsor de los Derechos Humanos en México y salvaguarda de los mismos en Coahuila.
Los Diputados Federales del PRI que votaron en contra, si tuvieran congruencia, dignidad y vergüenza, presentarían su renuncia inmediata. Ustedes ya no tienen autoridad moral, ya no nos representan, por el contrario, nos quedan debiendo.
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