El pasado martes 19 de septiembre, 32 años después del terremoto que sacudió a la Ciudad de México en 1985, un sismo de magnitud 7.1 sacudió al centro del país y tuvo un efecto devastador. Fue el primer terremoto de esta argentina, quien desde hace tres años hizo de México su hogar.
En las horas y días que siguieron, fui testigo de cómo miles de personas salían a la calle a dar todo por los demás. En la Ciudad de México se montaron centros de acopio de todo tipo para recibir las donaciones que otros iniciaron en su barrio, empresa, club, escuela.
A pesar de este esfuerzo impulsado por las más nobles intenciones, el 20 de septiembre, 5 toneladas de comida se echaron a perder sin llegar a los que más la necesitaban. Había un problema de información.
Fue entonces cuando una red de organizaciones de la sociedad civil, apoyados por ciudadanos individuales dieron vida a #Verificado19s, un mapa alimentado por información provista por las redes sociales y por cientos de personas haciendo trabajo de campo, que pasa por un proceso de verificación, para luego acabar siendo un punto del mapa.
La idea detrás del mapeo era proveer de información verificada en tiempo real, para poder acercar la “oferta” a la “demanda de necesidades”. En la estructura de #Verificado19s, había “brokers” o “enlaces” justamente cumpliendo esa función, a partir de la información que iba llegando.
La plataforma se montó sobre un Mapa de Crisis de Google, una herramienta que la empresa pone a disposición en situaciones de emergencia, junto con otros productos tales como Person Finder para ayudar a encontrar personas.
Pero lo interesante aquí no fue esta elección, sino el proceso creativo que llevó a este movimiento de personas a utilizar la tecnología en una forma en la que no se ha visto previamente.
Igualmente interesante fue el proceso a través del cual durante el curso de una semana y a medida que la realidad de CdMX, Estado de México, Puebla, Morelos, cambiaba, el grupo de programadores —todos de ellos voluntarios— reaccionaba cambiando a herramientas más complejas. Pasaban de hacer hojas de cálculo a formularios, migraban de una plataforma a otra, integraban más y más bases de datos.
Tuve la fortuna de vivir este proceso desde dos lados: el de la empresa que buscaba como apoyar técnicamente a #Verificado19s y el lado de la sociedad civil, como una persona más que no quiso quedarse fuera de esta manifestación tan única de creatividad, resiliencia y solidaridad.
Me queda la confirmación de que la tecnología puede tener un impacto enorme para la resolución de problemas, pero son las personas las que hicieron y harán siempre la diferencia.
Son ellas las que se apropian de las herramientas y transforman su aplicación. Son ellas quienes caminando la calle, móvil en mano, transforman sus posibilidades, dando vida a algo propio. #FuerzaMexico.
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