Andrés Manuel podría no existir

  • Andrés Manuel podría no existir
  • Editorial Milenio

Todos los respetos de esta onceañera columna para Andrés Manuel López Obrador. Las lealtades personales son para toda la vida. En este caso particular se remontan a los lejanos tiempos juveniles tabasqueños de quienes admirábamos a un hombre íntegro, profundamente cristiano y patriota: el poeta Carlos Pellicer. No es ése el tema.

Una nación con más de 50 millones de seres humanos excluidos, empobrecidos física y culturalmente, humillados y hechos a un lado. Una mortalidad infantil terrible frente a un Estado omiso y culpable. El ejército en las calles frente a la población civil. Más de 200 mil seres humanos muertos con violencia en una guerra estúpida y, por eso, culpable: en ambos casos homicida. Un presupuesto federal petrolizado, cobarde y famélico. Periodistas asesinados en serie. Una educación popular deteriorada y prostituida; resultados electorales “haiga sido como haiga sido”. Nada tiene que ver todo esto con los defectos y descalificaciones que se quieran atribuir a una sola persona.

El mal ahí está con o sin la persona de AMLO. La regeneración nacional es impostergable. Con mesías o sin mesías. No se puede desviar la atención. Es un asunto nacional. No personal. El movimiento de regeneración nacional, con minúsculas o con mayúsculas, es imparable. Porque es imprescindible. Las alusiones personales sólo pretenden desviar la atención del asunto verdadero: LA URGENCIA DE REGENERACIÓN.

Si la supuesta amnistía explorada como posible acción pública pudiera degenerar en impunidad es una consideración fuera de toda lógica racional. El actual combate a balazos, como toda la nación lo sabe, en nada, absolutamente nada, ha reducido los daños a la salud. La amnistía la aplica sólo el vencedor. Siempre con el propósito de restañar las heridas sociales y recuperar la paz. Es una acción posterior, dirigida específicamente a los jóvenes orillados al crimen. La amnistía legal siempre es después de sentencia.

“Nos vamos a parecer a Venezuela” ¿Tienen claro los amables lectores que el PRIAN YA nos tiene como Venezuela con el presupuesto federal petrolizado por su incompetencia fiscal? Estamos igualitos. Encima se reitera para el próximo año 2018 en la Ley Federal de Ingresos, presentada por José Antonio Meade y aprobada por (casi) todas las fracciones parlamentarias en el Poder Legislativo: incompetencia o complicidad añeja.

Tenemos que cambiar el modelo de país. Que no nos vengan con frentes, armados por los mismos mismitos para hacer lo mismo. ¿Qué quiere decir “salto al vacío”? ¿Qué quiere decir “volver al pasado fracasado”? El único pasado fracasado es el que persiste desde 1982 tercamente con crecimientos miserables, con cada día más mexicanos excluidos, cada día más muertes violentas, con una deuda pública cada día más grande e impagable, cada día menos ingresos familiares, cada día más miedo en las calles.

También una clase media más golpeada, achicada, empobrecida, cargada de impuestos, con menos opciones de escolaridad y de mejora social. Ese es el pasado hasta hoy presente.

Notoria, marcada diferencia con el periodo de crecimiento y desarrollo en todos los sentidos de 1940 a 1982: electrificación, escolaridad, universidades, buen salario mínimo, seguridad alimentaria, fertilizantes, refinerías, cine, música, pintura, arquitectura: el que en Naciones Unidas se llamó “el milagro mexicano”.

¿Será ése el pasado al que le tienen fobia Meade y Anaya con su entusiasmo por las “reformas” estructurales y el FOBAPROA impagable? El pasado pasó. Seis sexenios de traición a los valores nacionales. Hay que mirar al futuro. Hay que regenerar a la Nación. No será tarea de un solo hombre; ni de una sola mujer. Somos más los que tenemos “mal humor social”, los indignados, con humor caprino.

Hace casi 100 años el filósofo José Ortega y Gasset dejó escrito que una generación de cambio se conforma de un líder, un grupo dirigente destacado y de una multitud, que apoya y que empuja. Publicó La Rebelión de las Masas en 1922.

Ya es llegado el momento del cambio. Esta nota no es de ninguna manera una propuesta de cambio de dirigente. Pretende sí ser un análisis serio, aunque somero, de una propuesta mayoritaria de cambio de rumbo para el país hacia el futuro próximo.

Además, representa la natural continuación de la rebelión cívica de 1988-1991 (con sus sucesivos vaivenes) frente a una conducción nacional impuesta desde criterios ajenos y contrarios al interés de la Nación en marcha. La que nos ha llevado al desastre en el que hoy estamos.

Propuesta que nada tiene de unipersonal, ni de improvisada, ni de mesiánica, o de “ocurrencias”; mucho menos retrógrada: y cuya esencia se basa en los principios rectores del Pacto Nacional ahora centenario y lastimosamente inconcluso, o, si se prefiere: cumplido a medias.

www.estebangaraiz.org

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.