No obstante a que al interior de los partidos políticos, principalmente, se registra una lucha fiera entre los grupos de decisión por ganar la designación del candidato a gobernador para el 2017 en el Estado de México. La mayoría de los habitantes de esta entidad desconocen qué habrá elección el próximo año.
Diversas encuestas que han encargado los propios partidos a diferentes empresas encuestadoras y consultorías, destaca la coincidencia de que sólo 30 por ciento de los ciudadanos sabe que habrá elecciones locales en la entidad.
El dato es grave, pero más delicado es que de ese 30 por ciento que sabe que habrá comicios locales en 2017, más de la mitad desconoce qué es lo que se va a elegir. Las respuestas van desde presidentes municipales, senadores, diputados y hasta presidente de la República.
A esta situación especialistas hacen diversas lecturas tales como la falta de interés ciudadano en la participación democrática, el descrédito de la clase política mexiquense, la búsqueda permanente de satisfacer necesidades básicas de lsus familiares; de la clase media su constante lucha por mejorar sus condiciones de vida y los de mejores ingresos no les importa que haya o que pase mientras no pierdan su estado de confort.
Entonces cabría preguntarse si vale la pena hacer un gasto tan enorme en un proceso electoral donde la mayoría de las personas no muestran ningún interés en participar ni en conocer porqué y para qué habrá elecciones.
Sin embargo hay quien opina que esta tendencia pude revertirse una vez que inicie el proceso ya con candidatos y eso despierte el interés ciudadano en los comicios de gobernador. Pero la experiencia histórica y de acuerdo a lo sucedido en los últimos tres procesos de elección de mandatario estatal, la participación ciudadana promedio ha sido de 42 por ciento.
Lo anterior prueba que no hay en realidad algo que motive a las personas a participar porque lo consideran más bien un juego de intereses y no un acto realmente de compromiso con los ciudadanos.
Ante esta situación los partidos políticos niegan ser responsables de esa apatía ciudadana a participar en procesos locales y las autoridades electorales también se deslindan, pues fijan postura en la que se definen únicamente como árbitros de las contiendas. No se trata de negar ni de deslindar, ojalá asuman la responsabilidad que cada actor tiene y eso motive la participación ciudadana para justifiar los miles de millones de pesos que se gastan en la organización de un proceso electoral donde el abstencionismo siempre ha ganado.