Política

Mancera: mala suerte o error médico

  • Columna de Diane Pérez
  • Mancera: mala suerte o error médico
  • Diane Pérez

El pasado 31 de octubre el jefe de Gobierno del Distrito Federal se sometió a lo que sería un procedimiento “menor” para corregir una arritmia cardiaca. Unas horas más tarde se dio a conocer que la ablación cardiaca que le practicaron se complicó… La perforación de una de las aurículas ponía en riesgo la vida del doctor Mancera, por lo que se le realizó una cirugía a corazón abierto, situación que en Estados Unidos ocurre en menos de uno por ciento de casos y suele deberse a un manejo inapropiado del catéter con el cual se realiza la intervención.

Los errores médicos o iatrogénicos, como se les denomina en el léxico galeno, causan la muerte de cerca de 440 mil personas al año en Estados Unidos… El equivalente a dos accidentes aéreos de Jumbo diarios sin sobrevivientes. ¿Se imaginan lo que ocurriría con la aviación internacional ante tal cifra? Sin embargo, todos los días hay personas que ingresan como pacientes a los hospitales en busca de una solución a su dolencia… muchos, solo para terminar con problemas mayores o sin vida.

Si… es enorme la oportunidad de progreso en este ámbito. Es grande la responsabilidad de instituciones médicas y profesionales de la salud. Pero lo increíble es que no exista una institución, como ocurre en la aviación, que averigüe a fondo las causas de una tragedia.

Una organización independiente no lucrativa, Joint Commission, es la que se ha colgado la estrella al “certificar” o “acreditar” a más de 20 mil 500 hospitales en Estados Unidos y su rama internacional extendió su “sello dorado” de calidad a cientos de instituciones de salud en el mundo, con nueve en México, estando por supuesto entre ellas el Centro Médico ABC.

¿Pero de qué sirve? ¿De qué sirve Joint Commission si es juez y parte? Las instituciones pagan entre un cuarto y medio millón de dólares para obtener el preciado sello de calidad, y a pesar de eso ocurren errores médicos que ponen en riesgo la seguridad del paciente. La Joint Commission exige estándares de calidad que resultan insuficientes.

Volteando hacia nuestro país, existe la Certificación de Establecimientos de Atención Médica del Consejo de Salubridad General, que evalúa los estándares de calidad de los hospitales pero no investiga ni da seguimiento a errores médicos u hospitalarios.

¿Quién defiende a los pacientes? Cuando ocurre un error médico y el enfermo se queja, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) realiza un arbitraje para determinar si existe o no negligencia por parte del médico. Sin embargo, ¿quién investiga los miles de casos al año de errores que no llegan a la Conamed?

Celebramos la pronta recuperación del jefe de Gobierno capitalino y esperamos que siga convaleciendo satisfactoriamente, gracias, en parte, a su excelente condición física y disciplina con respecto al cuidado de su salud. Pero independientemente de que sus allegados minimicen la relevancia de conocer a fondo los factores causantes y a los responsables de lo sucedido el pasado 31 de octubre durante el procedimiento de ablación, la sociedad debe saber a detalle lo ocurrido en éste y muchos otros casos que se suscitan todos los días en instituciones médicas del país. Deberíamos contar con un mecanismo para investigar de oficio situaciones catastróficas o complicaciones graves que deriven en protocolos que actualicen las guías para promover la seguridad del paciente.

Lo acontecido en el Centro Médico ABC de Observatorio no fue “mala suerte”… algo falló, provocando la perforación del corazón del doctor Mancera. Debemos saber lo que sucedió para evitar que vuelva a ocurrir. De la misma manera que se investiga a fondo un accidente aéreo, habría que realizar una indagación exhaustiva cuando algo sale mal en el tratamiento de un paciente. Ni el personal que lo atendió, ni el propio centro médico son quienes deben determinar lo ocurrido. Una instancia gubernamental, sin intereses particulares, es la que debería realizar la pesquisa pertinente y deslindar responsablidades.

Necesitamos un marco legal e instituciones gubernamentales que protejan al paciente, de la misma manera como se cuida a otras figuras como inversionistas en la Bolsa, ahorradores en bancos y pasajeros en aviones.

Diariamente en México mueren o resultan dañados pacientes en instituciones de salud por errores médicos, falla de equipos, procedimientos mal realizados, etcétera… Deberíamos empezar por cuantificar la magnitud del problema. Crear un sistema de datos confiable, estadísticas fidedignas que nos permitan dimensionar el problema y tomar acciones para resolverlo.

El doctor Mancera no tuvo mala suerte: al contrario, tuvo mucha suerte de tener al alcance un equipo quirúrgico que corrigió la perforación cardiaca que le provocaron.

Hasta no abordar el problema de la seguridad del paciente de forma integral y seria, tendremos que aceptar la “suerte” que nos toque como pacientes.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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