Política

Los senadores, la decencia y el destino de 377 niños

El lunes publicamos en MILENIO un reportaje desesperanzador de Galia García-Palafox.

Galia visitó el penal de Santa Martha, donde viven 120 niños con sus madres. Hay 377 niños en todo el país en situación similar.

Nacieron cuando su madre estaba en prisión y la reclusa prefirió quedárselo a vivir con ella en lugar de entregarlo a un familiar, si es que lo tienen, o darlo para que viviera en un albergue de los que mantienen procuradurías y el DIF.

Así, los niños se quedaron en una especie de limbo.

Como su presencia en una prisión no está estipulado en una ley no hay un nombre legal para ellos, me dice Saskia Niño de Rivera, de la fundación Reinserta, que está promoviendo que sean considerados un grupo vulnerable, como lo son los niños migrantes o con discapacidad y por tanto pueda existir un presupuesto para atenderlos como se debe.

Ese limbo provoca que, aunque los directores de prisiones buscan formas de mover recursos para atender a los niños, ya que no hay presupuesto asignado para ellos —por eso no hay camas, ni comida, ni doctores para ellos—, no pueden ejercer dinero suficiente para que vivan, coman, aprendan y sean atendidos como lo que son: niños.

Como lo contó Galia, duermen en la cama de sus madres, muchos comen del rancho general, algunos son llevados a la visita conyugal por miedo a dejarlos solos entre internas, conocen mucho de chinches y cucarachas y se sientan a ver películas imaginarias comiendo palomitas imaginarias. Cuentan su edad en años, meses y días, el tiempo de la reclusión. La mayoría lleva años sin conocer nada más que el interior de una cárcel. Algunos apenas hablan, otros apenas caminan.

La CNDH y las llamadas reglas de Bangkok de la ONU, que se refieren a condiciones carcelarias, señalan que se debe proveer a esos niños dentro de las prisiones como si estuvieran fuera de ellas.

Para cumplir con esas condiciones se necesita solo una pequeña modificación a la Ley de Niñas, Niños y Adolescentes lo que permitiría a los directores de prisiones tener presupuesto.

Son solo 337 niños. Ningún legislador ganará votos ni popularidad. Son niños que a nadie le importan. Corrijo. Le importan a una pequeña ONG de nombre Reinserta, que dirige con entusiasmo y talento Saskia.

Por mera decencia le deberían importar a los senadores de la Republica.

Tienen el destino de 377 niños, hasta hoy invisibles, en sus manos.


Twitter: @puigcarlos

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Carlos Puig
  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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