Vivo en un país donde alguien quiere coordinar a los senadores de un partido al que no soporta.
Los partidos políticos mexicanos se empeñan en que los ciudadanos los alucinen. Unos quieren regresar a José Murat, otros se empeñan en pelearse entre ellos para terminar cualquier posibilidad de triunfo, otros guardan silencio cuando sus militantes tienen un conflicto de interés del tamaño de una casa... o varios contratos.
El último sainete tiene que ver con el PRD, ese que aquí dije se había suicidado al no alcanzar un acuerdo de alianza para competir en el Estado de México, ese que no ha disciplinado ni al jefe de Gobierno al que llevó a mandar en el DF, quien insiste en que el PRD le da como nervios.
Ahora, el senador Miguel Barbosa ha anunciado que él, en 2018, votará por Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de la República. No solo eso, ayer me dijo que el virtual candidato de Morena "salvará a México". Nada mal con eso. Hay millones de mexicanos que han votado por Andrés, y millones que —dicen las encuestas— lo harán para el 18. Es más, creo que es el candidato a vencer para los otros competidores y no les será nada sencillo.
Ahora, si alguien decide eso en el camino, si uno decide que el partido al que pertenece se ha vuelto una porquería, que las corrientes lo han devorado, que las corruptelas y los intereses particulares lo hacen de hecho inviable, rechazable, pues uno supone que lo que hace es irse. O eso supongo yo.
Así lo han hecho, por ejemplo, Armando Ríos Piter, Mario Delgado o Zoé Robledo.
Otros, evidentemente, no.
El martes, Jesús Ortega vino al noticiario y dijo cosas horribles de Barbosa y peores de López Obrador. Ayer vino a responderle el senador Barbosa y dijo cosas espantosas de Jesús Ortega y de quienes mandan en el PRD. Prefiero no meterme en la guerra de adjetivos.
Pero sí me quedo con una sensación extraña. Si lo que dice Barbosa es cierto, si el PRD es esa cosa terrible, capaz de aliarse con Margarita Zavala para el 18, o de, según él, convertirse en el nuevo Partido Verde del sistema, y concediendo que todo esto puede ser cierto... ¿por qué alguien querría tener un puesto directivo, de tal tamaño, en esa organización? ¿Por qué no deja a los Ortega con su cosa esa horrible?
Según Barbosa, para convencerlos de que todos voten por otro partido.
Vivo en un país muy extraño.
Twitter: @puigcarlos
