Política

No, no es normal. La trágica omisión de este sexenio

Estoy convencido de que en unos años la opinión pública premiará las reformas del Pacto y condenará las que no se hicieron.

Y creo que la que más condenará es la decisión del gobierno entrante, el de Enrique Peña Nieto, de ignorar lo que había heredado del sexenio de Felipe Calderón: la crisis de violencia e inseguridad.

Optaron por la estrategia del silencio mediático, optaron por que todo se resolvía con “coordinación”.

Hoy el país está entre los sacerdotes asesinados en Veracruz, una mujer secuestrada y asesinada saliendo de Santa Fe, un grupo en Chilapa que está harto de la inseguridad: los homicidios subiendo… En fin.

Ayer, Rafael Pérez Gay contó aquí cómo fue amenazado con levantarlo y matarlo, a él y a su familia. El cineasta León Serment fue asesinado un día cualquiera enfrente de su hijo. En Chihuahua, donde no llevamos pocos años viendo el deterioro, hace unos días un joven empresario fue secuestrado, el rescate pagado y asesinado, como lo ha contado muy bien Azucena Uresti en su programa.

Y todo parece normal, un día más en las noticias. Y pienso que no, que no debe ser normal.

La justicia y la seguridad no fueron, no son prioridad para este gobierno.

Apostaron por reformas que pensaron traerían mucho dinero para repartir, que eso solucionaría las cosas. El dinero no llegó. El petróleo vale lo que vale, la situación mundial no ayudó.

Yo pienso que se equivocaron de inicio. Que después del desastre del sexenio pasado el asunto más importante era el de la justicia.

Pero eso soy yo, que creo esto que escribió Bryan Stevenson en su libro Just Mercy.

“Mi trabajo con los pobres y los encarcelados me ha persuadido a pensar que lo opuesto a la pobreza no es la riqueza; lo opuesto a la pobreza es la justicia. Finalmente, he llegado a creer que la verdadera medida de nuestro compromiso con la justicia, el carácter de nuestra sociedad, nuestro compromiso con el estado de derecho, con la igualdad y la equidad no es cómo tratamos a los ricos, los poderosos, los privilegiados, y los respetados entre nosotros. La verdadera medida de nuestro carácter es cómo tratamos a los pobres, los desfavorecidos, los acusados, los encarcelados y los condenados”.

Pues eso.

Y gracias a mi querida Alexandra por algún día haberme regalado ese libro.

Twitter: @puigcarlos

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Carlos Puig
  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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