Hace apenas unas semanas, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, insistía en público y sobre todo en privado frente a organizaciones de la sociedad civil, que Arturo Escobar era un funcionario eficiente y probo. En los últimos meses, más de una vez reclamó las críticas al militante y líder del Verde reconvertido en experto en prevención del delito.
Desde su nombramiento, cuando un amplio grupo de organizaciones envió una carta pidiendo que se echara para atrás, la respuesta de Osorio Chong fue un no rotundo.
La larga lista de actuaciones irregulares de Escobar, desde la maleta de los billetes, las múltiples violaciones a la ley electoral, su negativa a hacer pública su declaración patrimonial ni cuando se publicó aquí que tenía una casa en San Antonio hicieron que Osorio Chong dudara en defender al subsecretario. Y Escobar, por cierto, nunca abrió su declaración. ¿Por qué será?
Las denuncias que derivaron en la petición de orden de aprehensión contra Escobar vienen de las elecciones de este año, es decir, meses antes que se le designara en la subsecretaría. Esas denuncias se hicieron públicas en su tiempo. Y con asuntos similares suele no suceder nada en el absurdo laberinto que es la procuración de justicia en el país. En todo caso, Osorio Chong sabía de las denuncias, o debía saber.
¿Qué pasó?
Podríamos, por supuesto, creer que de repente la PGR ya no es la PGR que conocemos hace décadas y podemos creer que ahora no solo es eficiente, sino libre de presiones políticas. Sí, podríamos.
Podríamos también creer que el titular de la Fepade no le avisó a la procuradora del asunto hasta filtrarlo a los medios. O podríamos creer que la procuradora, si es que supo, tampoco se lo comentó al secretario Osorio Chong. Sí, podríamos.
Podríamos pensar que el gobierno, sin saber cómo enmendar su error, aplicó la ley que nunca aplica para quitarse de encima un problema.
O podríamos, por último, pensar que alguno de sus adversarios rumbo al 2018 quiso darle un golpe seco al secretario Osorio Chong utilizando a la PGR.
Nada, sin embargo, tiene mucho sentido.
Lo único claro en ese asunto es que lo que menos importa es eso de la prevención del delito. Lo que importa, es la grilla.
Twitter: @puigcarlos