No había manera de que eso saliera bien.
Espero que algún día se cuente cómo fue que el presidente Enrique Peña Nieto terminó ayer en una situación tan complicada. En qué reunión, en qué salones, qué funcionarios y asesores lo metieron en tal lío.
Ayer, el Washington Post reportó que fue casi un accidente. Cito: "Varios funcionarios y diplomáticos mexicanos contactados el martes no tenían idea de que Trump había sido invitado, y mucho menos que tenía prevista la visita para el día siguiente. Cuando se conoció la noticia, la canciller mexicana Claudia Ruiz Massieu estaba en Milwaukee para la apertura de un nuevo consulado mexicano. Los miembros de su equipo dijeron que no tenían conocimiento de una posible visita de Trump".
"Tomó por sorpresa a muchos de los funcionarios de alto nivel en el gobierno. Mucha gente no sabe", dijo un alto funcionario. "Alguien pensó que era una muy buena idea solo enviar esta carta, y que no esperaba que uno de los candidatos diría que sí".
Si eso es cierto, es preocupante que se permitiera que Trump definiera la fecha —antes de su discurso sobre migración—, sin fecha establecida para Hillary, que él avisara antes que Los Pinos y ya en el evento, que fuera él quien daba la palabra a los reporteros.
Los discursos posteriores al evento fueron anodinos. Lo que Trump quería era la foto y ya la tenía, lo que quería Peña es que esto nunca hubiera sucedido y ahí estaba. Ambos ratificaron, con mejores modales, lo que habían dicho de los temas que importan.
Tal vez el único tropiezo haya sido al final, en el tiempo de preguntas cuando el Presidente, una vez más queriendo ser amable, interpretó las verdaderas intenciones detrás de las injurias trumpianas:
Refirió que en la reunión le había dicho que "el pueblo de México se había sentido agraviado por comentarios que se habían formulado, pero yo estaba seguro que su interés genuino es por construir una relación que nos lleve a darle a nuestras sociedades condiciones de mayor bienestar".
Eso, señor Presidente, quién sabe, la verdad. El verdadero interés de Trump es un misterio para todo mundo. El lema de su campaña es Make America Great Again, y eso, para él, implica joder a los demás.
Como le jodió a usted el día su invitado.
Twitter: @puigcarlos
